De coaliciones y políticas de alianzas


Para el partido en el poder es prioritario ganar la gubernatura y la mayoría del Congreso del Estado de Nuevo León. Así lo ha decidido el Consejo Nacional de Morena, mismo que a la vez autorizó a Mario Delgado y a Citlalli Hernández —presidente y secretaria general de dicho partido— para que busquen negociar alianzas con institutos políticos que apoyen la 4T.

“En el caso de Nuevo León vamos a ser muy pragmáticos —dijo Mario Delgado en un mensaje divulgado hace tres días por las redes sociales— porque queremos ganar Nuevo León”. Esto significa que, en nuestro estado, en contra de la militancia de Morena, entre la cual algunos se han pronunciado por Mario Fernández, otros por Fernando Ábrego y otros más por Rafael Zarazúa, la candidata será la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales.

Si esto es así, lo manifestado por Mario puede que contradiga algunas de las directrices de la política de alianzas que, según dijo, acordó y le impuso el referido órgano de conducción de Morena: a) “que sean alianzas para consolidar el proyecto de la 4T”; b) “que se garantice la consulta de los órganos de dirección locales”; c) “que se respeten los principios de Morena”; y d) “que los candidatos cumplan con los valores y principios de Morena”.

Para los morenistas de Nuevo León, Clara Luz Flores no posee los principios y valores de Morena; por tanto, tampoco podría ayudar a consolidar el proyecto de la 4T en Nuevo León. Por su parte, la alcaldesa de Escobedo, al parecer dirigiendo su mensaje a los morenistas, sostiene que ella solo será candidata del partido que se ajuste a sus valores y principios.

Ante esta situación que podría generar un conflicto interno más en Morena, no será suficiente con que la dirigencia nacional del referido partido cumpla con la orden que le fue dada: consultar al órgano de dirección de Morena de Nuevo León, presidido por Bertha Puga, sobre la conveniencia o no de que la candidata sea Clara Luz, sino que, tal vez, Mario Delgado tenga que venir a Monterrey a deliberar con las bases morenistas sobre las buenas razones, si es que las tiene, para implementar una política pragmática en nuestro estado para las elecciones de 2021.

El problema no es que Clara Luz Flores no sea la que resulte electa como candidata a la gobernatura de Nuevo León por Morena. ¿Qué problema podría haber si ya se decidió que la selección del candidato o candidata a la gubernatura se hará por medio de encuesta si, como es sabido, ella es la más conocida por los sufragistas de nuestro estado?

Por medio de una encuesta, con la cual por lo general solo se busca conocer el índice de popularidad de la mencionada aspirante, no lo que la ciudadanía piensa de ella, fácilmente se sacará de la jugada al empresario Mario Fernández, quien después de que Tatiana Clouthier anunciara su decisión de no participar como candidata, cuenta con un mayor apoyo en las bases morenistas.

Pero con todo y que haya buenas razones de la dirigencia nacional para optar por una salida pragmática para Nuevo León, sería bueno que se respondiera a la siguiente pregunta: ¿Cómo sería posible que Morena gane la elección de gobernador en nuestro estado si los principales opositores de Clara Luz Flores son las bases de dicho partido?

Hablemos ahora de coaliciones partidistas.

Todos los partidos tienen hasta las 23:59 horas de hoy, 20 de noviembre, para registrar sus convenios de coalición ante la Comisión Estatal Electoral. Los aliados de Morena para la contienda del 21 en Nuevo León serán el PT y el Verde. En tanto que la alianza PRI-PAN (o más bien contubernio), ayer ya muy tarde se derrumbó.

Según se dice, los mochuelos sintieron un poco de vergüenza de atreverse a quitarse las máscaras, dando pie para que el trecho que ya se había avanzado para que se realizara esta alianza, se viniera abajo. Yo no creo tal cosa, lo que creo y posiblemente más adelante se confirme, es que no se pusieron de acuerdo sobre quién tendría que ser el candidato a la gubernatura y sobre la repartición de las diputaciones y alcaldías.

Pero todo puede suceder, recuérdese que los aquelarres de la política son muy parecidos a los partidos de beisbol: no se sabe a qué hora se dirá la última palabra y el baile no se acaba hasta que se acaba.

Mas si de plano no hay ya posibilidad de una alianza formal entre el PRI y el PAN —la no formal jamás se podrá romper, menos en los tiempos de la 4T—, queda al PAN la posibilidad de coaligarse con el MC, con quien encuentra afinidad ideológica, si es que se llegaran a poner de acuerdo en la repartición de posiciones y sobre quien ha de ser al candidato a la gubernatura, cosa nada fácil de que ocurra, ya que Samuel García cree que la gubernatura la tiene en sus manos y Víctor Fuentes cree exactamente lo mismo.



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