ahora mismo en México se está agudizando el desempleo o el empleo con menos remuneración. La empresa, en general, ya no está en capacidad de requerir la operación de la fuerza laboral por un dramático descenso de clientes, usuarios de servicios o compradores.
Se vive un abaratamiento de la mano de obra. Un paliativo ha sido acordar la disminución del sueldo para no optar por el despido, la reducción de horas de trabajo con repercusión en el sueldo. Pero no desaparece el problema principal que es la disminución de la calidad de vida personal.
El empleado no está ahora en capacidad de rechazar una oferta que afecta su estatus, porque no hay alternativas, como sucede en la vida laboral normal. Con mayor razón si tiene compromiso de familia.
Ahora está vigente la polémica sobre un sistema de trabajo que se llama outsourcing, pero en nuestro idioma es la subcontratación o también la terciarización.
En la vida normal este sistema ha sido criticado y condenado; en el Congreso será tema de análisis y posible prohibición, pues mientras genera ventajas para las empresas al brindarles mejores capacidades para especializarse, en nuestro país ha servido para que algunos patrones escatimen los derechos laborales.
Las ventajas de la subcontratación son la colaboración con empresas externas que permiten ahorrar gastos derivados de los costos asociados a la inversión en infraestructuras o tecnología.
La subcontratación también permite contratar procesos complejos mediante proveedores externos especializados, reducir riesgos, mejorar la calidad en el servicio y aumentar la productividad de la empresa. Por ello, la empresa puede adaptarse mejor disruptivamente a los cambios que se producen en el mercado, al contratar servicios con terceros solo en el momento necesario.
La Asociación Mexicana de Capital Humano estima que alrededor de 900 compañías se han enfocado en evadir las obligaciones legales en esta materia.
El Presidente del país ha criticado abiertamente el sistema; sin embargo, el gobierno federal tiene a miles de empleados bajo este régimen. Desea que los trabajadores estén inscritos en el IMSS para evitar una afectación en el fondo de la vivienda, liquidaciones, indemnizaciones y otros beneficios como el de la antigüedad.
La Coparmex criticó que una prohibición total del esquema de outsourcing provocaría “una grave afectación más al deteriorado panorama económico…” que podrían perderse empleos legítimos y bien remunerados toda vez que, empleada de la forma correcta, esta figura fomenta el empleo, a la economía formal y a la inversión. El sistema según la reforma laboral del 2012 permite que una empresa delegue a una tercera la prestación de servicios. _