Madero escritor


Ayer se cumplieron 112 años de la publicación del libro donde Francisco I Madero plasmó su ideario democrático. 

En la portada de la primera edición se lee: 

LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL, 1910, EL PARTIDO NACIONAL DEMOCRÁTICO, POR, FRANCISCO I MADERO, SAN PEDRO, COAHUILA, DICIEMBRE DE 1908. 

Son escasos los trazados y declaraciones que escribiera para su logia masónica y sociedad espiritista y sí muchas cartas que giró a sus familiares y a amigos, especialmente durante el período en que como el mismo escribe en La Sucesión, se despertó a la política luego de una represión sucedida en Monterrey hecha a los opositores de Bernardo Reyes.

Sus pininos fueron en una elección municipal y su actividad en una estatal, buenos espacios para misivas donde fue madurando la idea de formar un partido luego de solidarizarse por un tiempo con los hermanos Flores Magón. 

Su nombre como decía la portada de su libro no se concretó porque había ya otro registrado con ese nombre así que cambio a Partido Antirreeleccionista. 

Paralelamente a sus cartas salidas de San Pedro, fue escribiendo su libro, así lo comunicó a sus más allegados y a su familia a quien pidió su aprobación para publicarlo.

En respuesta su abuelo escribió: “Correspondo a tu grata 30 del pasado manifestándote con gran disgusto que andas metido en las manos de los caballos… “Apenas puede creerse que un hombre como tú…expongas a un fracaso los intereses comprometidos de tu buen padre pues no se te oculta, que aunque la tal publicación la hagas contra mi voluntad y la de tu padre, y que sean todas creaciones tuyas, no podrán creer que dejamos nosotros de tomar parte activa en esa publicación…”  

En otra carta le escribe: 

“He leído algunos capítulos de tu libro, y aunque todo me parece muy bien escrito, no creo que fuera prudente su publicación porque han de creer que son inspiraciones mías y de tu papá, aunque te diré la verdad, no te considero capaz de escribir un libro semejante y deseo saber quién te ayudó y si todas son producciones tuyas porque encierran una recopilación de datos que yo que soy más viejo no tendría presentes…”

Ese tipo de devaluaciones y desautorizaciones superó Madero, finalmente poco a poco a inicios de 1909 envió su libro a quien consideró lo apreciarían y se sumarían a su propuesta; así conocieron Reyes y Díaz el pensamiento y lema de su más fino enemigo.



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