Hay pocas comedias que recuerdo con tanto afecto de mi infancia como Coming to America, aquí conocida como Un príncipe en Nueva York. He perdido la cuenta de cuántas veces he visto a Eddie Murphy como el príncipe Akeem llegar al barrio de Queens para encontrar a su “reina”, porque las de su hermoso país, el ficcional Zamundia, solo estaban entrenadas para satisfacerlo. Y él estaba profundamente aburrido.
Esta es una comedia muy importante ya que, además de ser de risa loca, fue de las primeras cintas que una generación gozó sin preocuparse por el color de piel de los protagonistas. Venían de África, de un país donde, muy apropiadamente, James Earl Jones era el rey, y el clash de culturas con la comunidad neoyorquina afroamericana, con todo y su deliciosa tradición de los debates en las barberías y particularidades de las clases sociales dentro de ese mismo mundo, que nos sabían más naturales. En lo personal, entonces yo no sabía el hito que era esa cinta para una comunidad que, como los latinos, siempre eran contratados para interpretar ladrones o malandrines en el cine.
Cuando esperaste 33 años para ver la secuela de una de tus comedias favoritas y se te cruza una pandemia, la noticia de que ya tenga fecha, aunque sea por streaming, es para celebrarse. Y, por favor nuevas generaciones, vean la primera que está en Netflix. Háganlo pensando que es 1988 y el mundo en el que vivíamos. Y así estarán igual de emocionados que yo para que el 5 de marzo le hagamos una fiesta al talento de Eddie Murphy, Arsenio Hall y todos los grandiosos actores que regresarán a través, como acaban de anunciar, de Amazon Prime.
Twitter:@susana.moscatel