No hacen falta palabras para definir la enorme dimensión histórica de Diego Armando Maradona como futbolista. Genial inventor de imágenes imposibles en las canchas… basta recurrir a la numerosa cantidad de videos que quien quiera puede consultar en las videotecas de uso colectivo en redes. Ahí, quien tenga dudas o no lo haya visto podrá ver con sus propios ojos del tamaño de jugador del que hablamos y hablaremos por siempre.
De los desequilibrios a los que la fama mal manejada lo arrojó, en la que su adicción a la cocaína fue lo más escandaloso, también se ha hablado hasta la saciedad.
Pero de lo que se ha hablado relativamente poco, y al menos se presenta como uno de los misterios de la vida de Diego por investigar, es de su real militancia política, de sus inclinaciones ideológicas. ¿Fue un personaje de izquierda real, convencido? O por el contrario, se manifestó simpatizante de Fidel Castro, del Che Guevara, de Hugo Chávez por un calculado oportunismo?
Por la información disponible creo que Diego fue un auténtico personaje de izquierda, anti imperialista y más cercano a los pobres y a los desposeídos que a cualquier otra clase social o económica. Su origen extremadamente humilde, nacido en una villa miseria de la gran mancha urbana bonoarense, lo hizo ser siempre consciente.
Repudió los lujos en el Vaticano, centro de poder de la iglesia católica. Pero se acercó nuevamente a esta fe cuando su compatriota, el Papa Francisco, se hizo del poder en este estado religioso invocando valores producto de la autocrítica y la humildad.
Nunca fue Diego un ser típicamente político, pero sí representó la rebeldía y la utopía. Qué lastima que Maradona haya vivido tanto tiempo luchando contra sus propios demonios. Era un personaje con un potencial increíble para liderar otras causas, tan necesarias en Latinoamérica. Cómo me hubiera encantado vivir su ser político de izquierda con absoluta lucidez…