Alma popular


Muere Maradona. Manifestaciones de duelo, homenaje y reconocimiento multitudinarias, más allá del orden público. Es el alma popular en su expresión pura, sin medias tintas, sin parámetros y con un sentido inasible a la racionalidad.

José Luis Romero, escritor argentino del siglo xx escribió una nota periodística titulada ‘“Lo representativo del alma popular”’, en El Iniciador, n° 2, Buenos Aires, en 1946, con la cual es más fácil comprender las formidables expresiones de los argentinos y de otros con ocasión de la lamentable y prematura muerte de Maradona y otras expresiones del alma popular similares en nuestro país con la muerte de ídolos indiscutibles.

Escribe Romero; “Inquieta e inestable el alma popular suele manifestarse de modo impetuoso y creador desbordando con el contenido que nace de su sensibilidad toda clase de riberas y de diques. Esto es lo propio y lo grande de las creaciones populares; espontáneas e impremeditadas, no las conduce el afán de alcanzar una forma precisa; su impulso, renovándose a cada instante, quiebra con su flujo todo intento de canalización, y por eso suelen ser efímeras. Pero sería ceguera imperdonable afirmar que por esa causa carecen las creaciones populares de significación.”

Si no fueran así, desbordadas, impulsivas, sin previo aviso, no serían manifestaciones del alma popular cuya única regla es la del sentimiento intenso requerido de expresarse vía el tumulto al tiempo de gritar la admiración y, en este caso, su pena y dolor por la muerte del ídolo.

Prosigue Romero: “El fútbol es el deporte de las multitudes argentinas, el que entusiasma y seduce. Si el «hincha» sacrifica su almuerzo y su descanso dominical para treparse a una tribuna, es porque espera ver en la cancha lo que más le apasiona”. Así lo vemos en cualquier Boca vs River, pasión pura más allá de cualquier conducta civil. Para Romero, “El futbolista no es el hombre de la fuerza sino el hombre de la destreza; el arabesco seguro y medido de la pelota revela la precisión de sus movimientos, la astucia de sus combinaciones, la rapidez de sus cálculos, y el «hincha» se exalta al frenesí cuando un jugador se «florea» y evidencia su dominio sobre la pelota y sobre sus rivales con cierta impávida elegancia.”

Destreza y elegancia, versión ruda si se quiere, propia del alma popular, indomable, encarnada en Maradona.



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