Estamos por llegar al año uno de la pandemia y con el recibimiento de 2021 podemos dar por normalizada la vida con las condiciones que nos ya nos tocaron.
Sin vacunas, o sin fecha real, ni información sobre la inmunización masiva para los estados como Hidalgo que son paso diario de miles de personas en el Valle de México, se han retomado prácticamente todas las actividades pese a las restricciones o planes de contención de contagios de covid-19.
El virus sigue su curso, no ha parado, y nosotros tampoco, si no lo hicimos en el pico de la pandemia menos ahora que le hemos encontrado el modo. Recibimos el año, en el mejor de los casos, sanos y con trabajo, los que no, están vivos para contarlo y seguir adelante.
De eso se trata la normalidad, pues, de seguir con la vida en extremas condiciones. Como si de repente nos llegara una oleada de frío inclemente que llegó para quedarse; todos saldrían por algo con que cubrirse y sobrevivir, así con la pandemia.
Hemos tomado el cubrebocas, el gel, la higiene y hasta la incómoda distancia que con miradas hacemos en la calle para que nadie se nos acerque.
Ver destinos turísticos con gente, supermercados, gente en las calles tomando sus medidas de prevención pero siguiendo el curso de sus vidas, es una imagen cada vez más constante y aunque cueste de inicio procesarla, tendremos que hacerlo.
Con o sin vacunas México y los estados deben salir adelante y 2021 será el año para normalizar el nuevo estilo de vivir. Las condiciones están dadas para poder seguir el rumbo del trabajo, de la producción, del capital y hasta de la academia y formación de pensamiento. Tendremos que hacer un esfuerzo más para alcanzar los objetivos hasta que todo haya pasado, o bien, cuando encontremos una cura para saber que aunque convivamos entre covid, éste no podrá hacernos nada.