Estamos en este 2021 ante un proceso electoral sui géneris, pues por muchas razones pese a no ser uno en el que se elegirá al mandatario de la nación las condiciones en las que se desarrollará la jornada electoral y las mismas campañas políticas serán en extremo diferentes y aún más complicadas por muchos factores.
El primero de ellos y a la vista de todos es el tema de la pandemia, me imagino primero no puede haber concentraciones masivas de personas en actos de inscripción de candidatos ante los órganos electorales, segundo tampoco puede haber campañas tradicionales con actos masivos de inicio y cierre de campaña, primero que nada por los contagios que pueden provocar y segundo porque no estamos para derrochar dinero en campañas.
Luego imagino la jornada electoral, se hará necesario el filtro sanitario antes de ingresar a las casillas, uso obligatorio de cubre bocas, gel antibacterial, y toma de temperatura, lo que en caso de no cumplirse podría impedir el acceso de votante a las urnas y con ello provocar lo que sería una violación del derecho a votar, por resguardar el derecho a la salud. Sumemos a este panorama el contexto de violencia que vive el país, donde si bien es cierto esta violencia poca injerencia ha tenido en proceso y la jornada electoral, si es un factor de percepción que puede influir en la percepción del votante provocando un abstencionismo. Agreguemos a ello el incremento importante de participación en las elecciones del 2021 pues alrededor de 95 millones de mexicanos están llamados a sufragar mientras que en el 2018 eran 90 millones, para ello se instalarán 161 mil casillas, al menos 4 mil más que en la pasada elección, con 50 mil personas supervisando todo el proceso. Además de las 300 diputaciones de mayoría relativa y 200 de representación proporcional a nivel federal, el 6 de junio de 2021 se renovarán 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales, mil 926 presidencias municipales, dos mil 122 sindicaturas, 15 mil 107 regidurías y 635 juntas municipales, que implican un total de 21 mil 368 cargos de elección popular. Por todo esto y más resulta un laboratorio interesante de lo que podría ocurrir en el 2024, si libramos bien este proceso con tantas cosas encima, podremos decir que estamos preparados para retos superiores. Que la democracia gane y los mesías pierdan terreno.
miguel.puertolas@FGTelevision.com