Tres veces Dante engañó a ‘Jelipillo’


Ahora sí es oficial, PRI-PAN-PRD ya se perdieron el asco. A pesar de no ser necesariamente muy distintos que digamos, todavía tenían algunas reticencias ideológicas y pruritos políticos, mismos que se arrancaron a mordidas hasta que no quedó huella, que no que no. Así, sin remordimientos ni falsas modestias, estos partidos están en la orgía perpetua, en el cuarto negro, sin medida ni clemencia. Todo con tal de exterminar a la Cuarta transformeichon y al dictador que tanto daño le ha hecho a la patria, a diferencia de estas instituciones que nunca medraron ni medrarán del presupuesto y cuya defensa de la austeridad republicana no ha podido ser más heroica.

El anuncio fue hecho por un aspirante a prócer, Markitititititititito Cortés, fue de una alegría superior que parecía genuina (hasta hace apenas mes y medio mostró el asquito que le daban los perredistas a los que no veía de la estatura de su vida), incluso orgásmica, al haber hecho caer a esa pared ideológica que no dejaba que estos partidos pudieran atascarse ahora que hay lodo.

Una experiencia religiosa que solo puede ser comparada en sus términos con el encuentro de dos mundos que experimentó Ricardo Anaya que, en su campaña recorriendo los caminos de Michoacán y pueblos que voy pasando (en sus videos sale conduciendo, viendo más a la camarita en vez de ver el camino, como siempre), no solo ha conocido la pobreza (le hubieran avisado antes), sino también los tacos de a devis que no son, ¡qué barbaridad!, como los de Taco Bell.

Como quiera que sea, está muy bien que se rompan viejas barreras que nada más estorbaban y que se reinventen las reglas de la arena política sin diferencias de logos y colores. Lamentablemente hay quienes quieren hacernos creer que no los conocemos como bacalaos, aunque vengan disfrazaos. Por eso le están haciendo de perradas a ese gran demócrata llamado Felipe Calderón que quiere varios kilos de pluris para él solito y, a pesar de ser el rey del “Haiga sido como haiga sido” me lo desdeñan. Pide PAN y no le dan, piden PRI y les dan un pedazo de pescuezo, pide perredé y le dan puro dedé, y cuando exigía MC, Dante le mandó a Paquita la del barrio a cantarle “Tres veces te engañé”: la primera por coraje, la segunda por capricho y la tercera por placer.

Pobre Jelipillo, como a Mandibulín, nadie lo respeta.

Es momento de que el ex preciso se vengue apoyando a la Sputnik V y declare “Entre menos burros más vacunas”.

jairo.calixto@FGTelevision.com
@jairocalixto



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