LO MISMO, PERO CON MÁS FUERZA.
EL NORTE MARCARÁ LA DIFERENCIA.
Felipe Guerrero Bojórquez
Ni el PRI y el PAN han terminado por irse, ni la Cuarta Transformación ha terminado por instalarse. El 2018 solo fue el resultado de la lucha entre el centro-izquierda y el centro-derecha de este país, cuya definición como fuerzas polarizadas se empezó a gestar desde la época de Miguel De la Madrid Hurtado.
Hace 35 años, el PRI tenía izquierda, centro y derecha, pero a partir de ahí la izquierda se le fue y el centro se le movió a la derecha. Es decir, desde entonces el tricolor perdió su rumbo histórico y para enfrentar a la izquierda, que se le fue, se alió a la derecha y construyó un modelo socioeconómico que priorizó a los grandes intereses empresariales.
La alianza entre el PRI y el PAN no es nueva. Carlos Salinas se encargó de consolidarla, curiosamente después de la última resistencia de aquél PAN legítimo encarnado en la figura de Manuel Clouthier del Rincón, cuya muerte, de acuerdo a lo declarado por miembros de la propia familia, fue orquestada por Salinas.
En la medida que el neoliberalismo del PRI y el PAN avanzaba, en esa medida la izquierda se consolidaba. Mientras el PRI perdía a su sector obrero hasta su extinción y a las clases medias universitarias, mantenía de algún modo su influencia en áreas populares pobres y en el sector campesino, adherido a una deteriorada CNC. En tanto el PAN, en el camino, se despojó de las figuras pensantes, de los empresarios del tiempo del Maquío que salían a dar la cara y atraer a las masas, y las sustituyó por una camada de jóvenes que solo han conocido las mieles del poder y cuyo pensamiento tecnócrata hizo clic con los harvarianos priistas, sobre todo para hacer negocios desde el gobierno.
La alianza del PRI y el PAN no es extraña, solo que no se había formalizado hasta que ambos perdieron el poder. Antes, para la cúpula tecnócrata era la misma que ganara un candidato del PRI o el PAN porque, de cualquier modo, formaba parte del gabinete, lo que ocurrió durante los 30 años que gobernaron.
Pero en la medida que pasaron los años, hasta el 2018, la izquierda tuvo la oportunidad de capitalizar el descontento y de establecer alianzas con sectores diversos desprendidos del PRIAN, sobre todo de una sociedad sumamente encabronada.
Por eso la elección de hace dos años solo significó la ruptura de la mayoría de los mexicanos con un régimen que los había abandonado en aras de priorizar los intereses de las cúpulas empresariales. Este fue el mensaje central, tanto para los que perdieron como para los que ganaron.
Hoy a dos años de distancia la pugna, la lucha sigue, pero ahora será más encarnizada. El hecho de que el matiz entre el PAN y el PRI se haya perdido, significa que van con todo al rescate de su proyecto y significa que lo que ya estamos viendo será un verdadero choque de trenes, como se establece arriba, entre los que no han terminado de irse y entre los que no han terminado de llegar.
Por eso la lucha será frontal entre dos proyectos de nación: Los que perdieron, haciendo uso de un discurso duro, a la ofensiva y descalificando al máximo lo que ha hecho y no su adversario en el poder: “López Obrador es un peligro para México”. Igual que antes; y los que ganaron, ponderando, a la defensiva, los logros hasta ahora del actual gobierno y recordándole a la gente lo que han significado para el país los gobiernos del PAN y el PRI. “Saquearon y desmantelaron al país a base de corrupción”. También, igual que antes. Hoy, lo que estamos escuchando es pues el mismo discurso de ambos lados.
Por lo tanto, la confrontación sigue más viva que nunca y si los de la Cuarta Transformación pensaban que los “conservadores” ya estaban liquidados, debieron al menos entender que lo que pasó en Coahuila e Hidalgo el año pasado es una muestra de su resistencia, no solo para mantenerse a la defensiva, sino para obtener triunfos electorales.
Es cierto que MORENA arrasó también en los estados del norte del país, pero no lo es menos que en esta amplia región, la más productiva, el modelo de la Cuarta Transformación no ha convencido porque en estos dos últimos años el gobierno de López Obrador centró su presupuesto en apoyar a campesinos y pequeños productores del centro y el sur del país.
No es que esté mal, lo que no ha estado bien es la aplicación de una concepción radical en el sentido de no apoyar a los más “ricos” haciendo tabla rasa y llevándose entre las “patas” a miles de pequeños y medianos productores que creyeron en el ahora Presidente y cuyos estrategas para el campo y el mar decidieron, de un tajo, retirarles los apoyos que en el pasado habían conseguido a base de protestas, de una lucha continua y tenaz en contra de la burocracia “neoliberal”
El tema es que, efectivamente, más allá de la propaganda y de la resistencia de el PAN y el PRI ahora aliados, hay un discurso y una acción gubernamental que tiene decepcionado a miles de mexicanos del norte y que podrían abstenerse de votar o inclinar su sufragio hacia la Alianza Va por México simple y sencillamente porque no es lo que creyeron y, además, porque ni siquiera los funcionarios les dan la cara.
El norte fue siempre pro PRIANISTA, pero al mismo tiempo se convirtió en el termómetro más confiable del agotamiento de ese modelo, lo que quedó claro en el 2018 y marcó la diferencia para que AMLO accediera al poder. Hoy, no hay duda, será de nuevo el norte el que decidirá si la Cuarta Transformación gana la mayoría de los espacios electorales o sucumbe. La verdad es que la izquierda triunfadora del 2018 descuidó a los estados en los que políticamente no influían y, en vez de reforzarlos y mantenerlos, solo les regresaron palabras de agradecimiento.
Sobre el norte se impuso el prejuicio histórico, el blanco y negro de los burócratas radicales que, en la práctica, metieron al mismo costal de los “burgueses” a miles de pequeños y medianos productores que son justamente los que aportan al desarrollo alimentario del país y la base social más amplia de esos estados norteños.
Así como en Coahuila el PRI retornó al poder, en Sonora la oposición PRIANISTA aumentó significativamente su porcentaje en las encuestas, al igual que en Sinaloa, Baja California, Tamaulipas, Durango, Chihuahua y Nuevo León.
La gente del norte, sobre todo su amplia base productiva, dejó constancia que también estaba harta de los “neoliberales”, pero luego se decepcionaron porque consideran que con este gobierno les ha ido peor. Pese a ello, algunos líderes mantienen la esperanza de que la Cuarta Transformación voltee a verlos, pero todo indica que no será así. Es decir, miles de pequeños y medianos productores votarán por los candidatos del PRIAN, como en Hidalgo y Coahuila, no porque les guste, sino porque no les queda de otra. Es muy sencillo, con aquellos recibían apoyos, con estos no. Punto.
En el choque de locomotoras no solo jugará la descalificación de los modelos de un lado y otro, sino que pesará mucho qué tanto el gobierno de López Obrador ha obtenido resultados en contra de la corrupción, la violencia y el abuso de poder; qué tanto sus legisladores, alcaldes, gobernadores le han aportado a un cambio verdadero y han marcado la diferencia con los que se fueron y qué tanto su modelo socioeconómico ha beneficiado a algunos y marginado a otros.
La oposición al régimen utilizará el discurso de la descalificación y aprovechará hasta la pandemia para hacer ver a López Obrador como un verdadero seguidor de satanás; esto no es nuevo, pero ahora el verdadero adversario del Presidente será él mismo, su gobierno, sus fallas estratégicas con la clase media y en el sector productivo y alimentario del país. Los adversarios serios del Presidente no son precisamente los PRIANISTAS, sino los ciudadanos que creyeron en su palabra y en su oferta de gobierno, esos ciudadanos que próximamente van a decidir si se abstienen, votan por la oposición o le ratifican su confianza. En ese orden.
THE NORTH WILL MAKE THE DIFFERENCE.
Felipe Guerrero Bojorquez
Neither the PRI and the BREAD have finished leaving, nor the Fourth Transformation has ended up settling in. 2018 was only the result of the fight between the center-left and the center-right of this country, whose definition as polarized forces began to gesture from Miguel De la Madrid Hurtado.
35 years ago, the PRI had left, center and right, but from there the left went and the center moved to the right. That is, since then, the tricolor lost its historic course and to face the left, which went away, allied to the right and built a socio-economic model that prioritized big business interests.
The PRI-BREAD alliance is not new. Carlos Salinas took charge of consolidating it, curiously after the last resistance of that legitimate Pan embodied in the figure of Manuel Clouthier del Rincon, whose death, according to what was declared by members of the family itself, was orchestrated by Salinas.
As the neo-liberalism of the PRI and the NAP advanced, to that extent the left consolidated itself. While the PRI lost its labor sector to its extinction and college middle classes, it somehow maintained its influence on poor popular areas and peasant sector, adhered to a deteriorated CNC. Meanwhile the NAP, along the way, was stripped of the thinking figures, of the time entrepreneurs of the Maquío who came out to face and attract the masses, and replaced them with a litter of young people who have only known the honeys of the power and whose technocratic thinking clicked with priist Harvarians, especially to do business from government.
The PRI and PAN alliance is no wonder, it just hadn't been formalized until both lost power. Earlier, for the technocratic dome was the same as winning a PRI or PAN candidate because, anyway, he was part of the cabinet, what happened during the 30 years they ruled.
But as the years passed, until 2018, the left had the opportunity to capitalize on discontent and to establish alliances with various parts of the PRIAN, especially from a highly angry society.
That's why the election two years ago only meant the breakdown of most Mexicans with a regime that had abandoned them in order to prioritize the interests of business domes. This was the central message for both those who lost and those who won.
Today two years away from the fight, the fight continues, but now it will be more incarnated. The fact that the nuance between the PAN and the PRI is lost, means that they go with everything to the rescue of their project and means that what we are already seeing will be a true train crash, as set out above, among those who don ' t they have finished leaving and among those who have not finished arriving.
Therefore the fight will be frontal between two nation projects: Those who lost, using a hard speech, on the offense and disqualifying to the maximum what he has done and not his opponent in power: ′′ López Obrador is a danger to Mexico ". Just like before; and those who won, weighting, defensively, the achievements so far of the current government and reminding the people what the PAN and PRI governments have meant to the country. ′′ They plundered and dismantled the country based on corruption ". Also, just like before. Today, what we are hearing is because the same speech from both sides.
Therefore, the confrontation is still alive more than ever and if those in the Fourth Transformation thought the ′′ conservatives ′′ were already liquidated, they should at least understand that what happened in Coahuila and Hidalgo last year is a sign of their resistance, not just to stay on the defensive, but to get election wins.
It is true that MORENA also destroyed the northern states of the country, but it is not less than in this broad region, the most productive, the model of the Fourth Transformation has not convinced because in these last two years the government of López Obrador focused their budget in supporting peasants and small producers in central and southern the country.
Not that it's wrong, what has not been right is the application of a radical conception in the sense of not supporting the richest ′′ by making chart and taking thousands of small and medium-sized producers who believed between the ′′ legs ′′ in the now President and whose strategists for the field and the sea decided, in one piece, to withdraw the support they had in the past obtained based on protests, a continuous and tenacious fight against the ′′ neoliberal ′′ red tape
The point is that, effectively, beyond the propaganda and resistance of the BREAD and PRI now allies, there is a speech and government action that has disappointed thousands of northern Mexicans and who could abstain from voting or tilt their suffrage to the Alliance goes for Mexico simple and simply because it's not what they believed and also because not even officials face them.
The North was always pro PRIANIST, but at the same time it became the most reliable thermometer of the exhaustion of that model, which was clear in 2018 and made a difference for AMLO to access power. Today, there is no doubt, it will be again the North that will decide whether the Fourth Transformation wins most electoral spaces or succumbs. The truth is, the winning left of 2018 neglected the states where they politically didn't influence and, instead of bolster and keep them, only words of gratitude returned to them.
On the north was imposed historical prejudice, the white and black of the radical bureaucrats who, in practice, put thousands of small and medium-sized producers who are just the ones who bring to the country's food development and the broadest social base of those northern states.
Just as in Coahuila the PRI returned to power, in Sonora the PRIANIST opposition significantly increased its percentage in the polls, as in Sinaloa, Baja California, Tamaulipas, Durango, Chihuahua and Nuevo León.
The northern people, especially their broad productive base, recorded that they were also fed up with ′′ neoliberals ", but then they were disappointed because they consider this government to have done worse. Despite this, some leaders keep hoping that the Fourth Transformation will see them again, but everything indicates that it will not. Thousands of small and medium-sized producers will vote for PRIAN candidates, as in Hidalgo and Coahuila, not because they like it, but because they don't have any other. It's very simple, with those who received support, with these not. Period.
In the crash of locomotives will not only play the disqualification of models on one side and the other, but will weigh heavily on how much the government of López Obrador has achieved results against corruption, violence and abuse of power; how much their lawmakers, mayors, governors have brought you to real change and made a difference with those who left and how much their socio-economic model has benefited some and marginalized others.
Opposition to the regime will use the discourse of disqualification and take advantage of until the pandemic to make Lopez Obrador see as a true follower of Satan; this is not new, but now the President's true adversary will be himself, his government, his strategic failures with the middle class and in the productive and food sector of the country. The President's serious opponents are not precisely the PRIANISTS, but the citizens who believed his word and his offer of government, those citizens who will soon decide whether to abstain, vote for opposition or ratify their trust. In that order.
