Crisis y quiebras


El cambio en la economía mundial, se nota en unos países más y en otros menos, es la crisis y las quiebras de todo tipo y tamaño de negocios. Algunos gobiernos han comprendido la magnitud y sus efectos, otros o algunos de sus funcionarios, ven el impacto solamente en su tesorería y en sus bolsillos.

Se prevé que el impacto adverso llegará a tal dimensión que ni la ayuda gubernamental será suficiente para atenuarlas y detenerlas. El efecto será, entre pérdida de vidas, empleados que no regresarán, y reasignación del patrimonio de empresas y personas. Los cambios serán de mayores dificultades hacia el futuro, cambios profundos de las economías por la contingencia sanitaria.

La crisis que padecemos es la más profunda que nos ha tocado vivir. El país se defiende mejor, gracias a las fortalezas desarrolladas tanto por el gobierno como por la sociedad, no así de todas las empresas que se quedaron en el mundo de ayer. La inflación está controlada, las tasas de interés están bajas y el peso mexicano se ha sostenido en niveles que parecen no fluctuar mucho.

Sin embargo, la política ha fallado en la previsión y la identificación certera de la crisis, por la mínima relación entre gobierno y sociedad. La pandemia cambiará la economía local y mundial como la conocemos hasta hoy. Muchos de los sectores que hoy se debaten entre la vida y la muerte, como si hubieran sido infectados por el Covid-19, no van a recuperarse, principalmente porque la vida se habrá transformado, el trabajo y las reuniones a distancia, la compra y suministro de bienes, lo que hará inevitable el cierre de más empresas como hasta ahora se conocen. En cambio, las empresas que logren innovar y adaptarse a los cambios se quedarán con la parte importante del mercado de bienes y servicios.

Como se aprecia en los informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) del lado de los trabajadores el impacto ha sido enorme porque ha provocado incremento de la pobreza laboral (ingreso menor al valor de la canasta básica) en la mayor parte del país y en consecuencia se amplió la brecha de desigualdad. El desempleo ha crecido, a consecuencia del cierre de miles de pequeñas y medianas empresas o al menos han recortado su plantilla laboral, se han perdido alrededor de un millón de puestos de trabajo, más los que dejaron de crearse.

Entre los sectores en crisis destaco las escuelas privadas, sus instalaciones cerradas aunque funcionando a distancia, las que han logrado aprovechar la tecnología y donde sus padres y alumnos, por ahora han logrado adaptarse. No obstante, hay muchas escuelas cerradas sin matrícula y personal que ha perdido su empleo. Para lo que no hay política de apoyo alguna. Se olvida que en la sociedad civil es donde se encuentra la verdadera fortaleza de una nación.



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