Felipe Guerrero Bojórquez Todo el mundo esperaba que el Dr. Rubén Rocha diera a conocer su gabinete del primer nivel. Y aunque la mayoría de los nombres ya se conocían, la expectativa se centraba en su oficialización. El dar a conocer un gabinete no es cualquier cosa, porque se trata del equipo que, junto al ejecutivo, va a gobernar al pueblo por los próximos seis años. Por eso para muchos es inexplicable que la figura de un personaje de la picarezca vulgar haya acaparado este momento importante en la vida política de Sinaloa. Todo mundo habla de «El changote», no del gabinete. ¿Cuáles fueron los criterios del Dr. Rubén Rocha Moya, gobernador electo de Sinaloa, para decidirse, habiendo tanto talento sinaloense, por la figura de un youtuber guasón, «El Chango Ote», y presentarlo como el próximo dirigente del deporte en el estado? Y es que se presentó al personaje, no a la persona; se presentó a la figura que todo mundo conoce como la mascota disoluta de un equipo de beisbol y no a un nombre con curriculum, experiencia, capacidad, reconocimiento y merecimientos para administrar y dirigir una política pública fundamental en la vida cotidiana de los pueblos: El deporte, una actividad que coadyuva en el equilibrio social en términos de contención, sobre todo en materia de salud y seguridad pública. No se trata de descalificar al hombre que se encasqueta la botarga y que es famoso por su disfraz de chango lépero, se trata en todo caso de saber si fue propuesto porque cumple con el perfil que esta disciplina exige. En realidad ¿A quién se escogió? A «El Chango Ote» o al hombre que lo encarna pero que nadie conoce? Al personaje ya se le conoce, pero a la persona, al menos, habría que otorgarle el beneficio de la duda. Es probable que, más allá del changuerismo, el hombre conozca del tema, pero igualmente la figura de la botarga se lo traga, lo borra y lo entierta. En cuanto el nombre de «El Chango Ote» apareció en la lista de próximos funcionarios, el mecanismon de las redes sociales se empezó a mover negativamente a base de memes que minimizaron el evento central y lo elevaron a escenario de risión, donde irremediablemente apareció otro personaje: «La Gilbertona». No hay mejor consejero que el sabio imaginario popular y ayer, una vez más, plasmó su rúbrica. El Doctor Rocha y su equipo de asesores, no solo debieron prever el impacto mediático que causaría este nombramiento, sobre todo en el mundo del deporte, sino el fundamento curricular que los llevó a tomar esta decisión, el escenario y los tiempos para darlo a conocer. ¿Si así estaba decidido era necesario que se hiciera en el marco de la presentación estelar? ¿O consideraron lo contrario? ¿Qué a los merecimientos y seriedad de los miembros del gabinete de primer nivel «El chango Ote» vendría a darle más flema, más lustre y más sobriedad republicana?Ojalá que el hombre que encarna al personaje libertino sorprenda por sus conocimientos en la materia y que en ese sentido salga mas cabrón que «El chango Ote» Ojalá. Pronto, muy pronto se sabrá.
