LAMPARICIDIO POLÍTICO Y JURÍDICO.
Felipe Guerrero Bojórquez.
Ayer, durante el evento de la inauguración del alumbrado millonario, el alcalde Luis Guillermo Benítez estuvo solo: No lo acompañaron los regidores, la Síndica Procuradora ni el responsable del Órgano de Control Interno del Ayuntamiento.
Es decir, no estuvieron para avalar sus millonarias adjudicaciones, los entes legales de un Ayuntamiento, atareados por cierto, en los últimos días, en ahondar más en las investigaciones de un hecho presumible de alta corrupción y que puede marcar, entre otros temas, el inicio de un juicio político y jurídico a Benítez Torres. Solo hay que recordar que sobre este tema existen, además, ocho denuncias ciudadanas y otra interpuesta ayer ante la Auditoría Superior del Estado por el PRD.
El hecho de que un cabildo de la espalda a un alcalde; de que una Síndica Procuradora y un Contralor hagan lo mismo, es la señal más clara y contundente de que algo serio está ocurriendo. En política, las piezas centrales de una estructura no se mueven al azar; siempre obedecen a una ruta trazada y a un objetivo específico.
Los que sí estuvieron en ese evento, y no todos, fueron funcionarios citados con obligación y, muchos de ellos, con desánimo callado ante un jefe que pudiera también meterlos en problemas legales. Pero tampoco faltó la protesta de colonos indignados ante la afrenta de ser vecinos de un millonario alumbrado, mientras ellos padecen la desatención abusiva en los servicios públicos.
Ayer pues, no brilló tanto el alumbrado público como la ausencia de quienes hora se encargan de iniciar los movimientos de un lamparicidio político y jurídico, que muy pronto tomará vuelo en el Congreso del Estado y la Fiscalia General de Sinaloa.
Ya veremos.