DEVERAS, AHORA SÍ SE VA EL QUÍMICO O ES PURO «CHORO» de la 4T?


DEVERAS, AHORA SÍ SE VA EL QUÍMICO O ES PURO «CHORO» de la 4T?
Felipe Guerrero.
No hace mucho, cuando Luis Guillermo Benítez Torres fungìa como alcalde de Mazatlán, apareció en redes sociales, despreocupado y entonado, a su modo como siempre, cantando esa famosa letra de José Alfredo «Diciembre me gustó pa que te fueras».

Dicen los que deciden en el palacio de la capital, que se la harán efectiva pero, ya se sabe, con estos de la 4T no hay mucha confiabilidad porque sus decisiones políticas están muy ligadas a las cuotas, los cuates y los compromisos entre los grupos, no necesariamente con la ley y la justicia. Hasta ahora es la película del «choro» la que estamos viendo.

¿Se le aplicará la ley al Químico Benítez? Todo mundo lo duda por una razón: Porque igualmente todos siguen viendo, nadie se los cuenta o inventa, la protección del gobernador Rubén Rocha, bajo un endeble argumento en el que nadie cree: Que el exalcalde es presunto inocente, sólo que si está en esta condición y pesan sobre él sendas carpetas de investigación, también es presunto culpable.

La ley y la justicia, en su acepción más amplia, se fincan también en bases éticas y morales y en conductas que no pueden poner en duda la rectitud de las instituciones. ¿A quién se le ocurre proteger a un individuo cuyas inmoralidades y señalamientos públicos e institucionales lo hunden social, política y jurídicamente?

No solo se ha trastocado, demeritado y menospreciado la función institucional del Congreso de Sinaloa, de la Auditoría Superior y de la Fiscalía General del Estado, sino que se «invita» a un incapacitado emocional, moral, político e intelectualmente a que sea la cara de Sinaloa ante el país y el mundo. Digamos que la cara de la desvergüenza.

A un sujeto (Presunto inocente) del que el propio alcalde entrante, Edgar González, ha ratificado públicamente los hoyos financieros y la bancarrota municipal en todos los órdenes. A ese «presunto inocente» que dejó en el criminal abandono a todos los sectores del municipio principalmente al popular, que corrompió la política institucional y permitió que varias de las dependencias municipales navegaran en el caos y bajo criterios de señalados «moches». Tan caóticas financieramente que se acabaron el presupuesto a menos de la mitad del año.

A ese «presunto inocente» el que debería estar bajo rigurosa investigación judicial, es al que la gente ve que se protege impunemente en una oficina en la que, por cierto, hace lo mismo que como alcalde: Nada.

Los vecinos del fraccionamiento El Cid, a donde se cambió debido a sus desacuerdos inmobiliarios, lo veían salir entre nueve y media y diez de la mañana, luego de la pachanga nocturna, aún con la nube étilica encima, sin agenda y por lo mismo sin saber a dónde ir, guiado solo por la ocurrencia y por un impresionante operativo en el que se utilizaban hasta cinco patrullas y dos vehículos con guardias vestido de civil, más el séquito de asistentes que le limpiaban los eternos lentes oscuros, las solapas del traje, le ponían música y le servían de la permanente hielera algo de líquido para amortiguar la resaca y disfrutar de su rola favorita: «Cabrón y Vago», de «Los Dos Carnales».

Al Rock Star y al jefe máximo de la Cuarta Transformación de lo que se jactaba era en Sinaloa, lo dejaron solo y envarillado. Solo un ejemplo: José Ángel Tostado, exdirector de Cultura y del que pesan sendos señalamientos públicos de corrupción, le llevaba al Químico todos los documentos comprometedores a que los firmara y hoy los presenta como pruebas de que él no fue, sino que recibía órdenes del jefe. Papeles firmaditos y bien pagados. Otro más: Muy pocos de sus cuates de MORENA nacional y funcionarios federales le contestan el teléfono, y en lo local muchos de los que lo rodearon no aceptan sus invitaciones ni a las pachangas para las que estaban siempre listos. Por ahí se le ve solo, por la Fonda del Chalío, a donde por cierto el propietario dice que ya llegó una ciudadana a reclamarle al Químico en su cara.

La paradoja es que el único que lo mantiene con respirador artificial es su archi y odiado enemigo Rubén Rocha Moya, con quien al menos hubiera negociado el destierro. Hoy los tiempos se le estrechan al gobernador y Benítez Torres: O este último sigue recibiendo protección divina o bien Rocha se decide a poner fin a este ominoso capítulo que nunca en su historia había registrado Sinaloa, aunque la neta, el daño en todos los sentidos ya está hecho, porque se trata de aplicar la justicia, no de congraciarse o de hacer favores. Si algo tienen los mazatlecos es que no olvidan.

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