CHISPAZO
“EL MAYO“ ZAMBADA: LA OTRA VERSIÓN
Felipe Guerrero Bojórquez
Ismael “El Mayo” Zambada nunca pisó la cárcel, hasta que fue detenido este jueves y/o se entregó, junto con Joaquín Guzmán López, al Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos.
La detención de los capos mexicanos no la hizo la DEA como al principio se pensó, habida cuenta que sus pesquisas se centran en el control y combate a las organizaciones que producen, distribuyen y comercializan drogas. La detención, el arresto o la entrega fue operada por agentes del FBI cuya función central tiene que ver con la seguridad nacional, la lucha contra el terrorismo y el espionaje. Es decir, ejecutan tareas relacionadas con las más importantes decisiones de Estado.
Lo anterior significa, que la detención, arresto o entrega de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, tuvo que ver con negociaciones del más alto nivel de la administración de Joe Biden y que por lo mismo no se fraguaron de la noche a la mañana.
Hay quienes han difundido la idea de que a “El Mayo” Zambada y a Joaquín Guzmán López les tendieron “un cuatro”, como si el capo más experimentado en la historia del narcotráfico del país, a estas alturas del partido, hubiese estado para “supervisar pistas clandestinas” en franjas fronterizas de quienes ofrecían 15 millones de dólares por su cabeza.
De acuerdo a información que había trascendido escuetamente a principios de este mes, “El Mayo” Zambada y su hijo Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”, habrían sido sorprendidos en una de las fincas de ocho que fueron cateadas por La Marina de México en Culiacán y en los que participaron agentes especiales estadounidenses. Al final trascendió que durante los operativos habían sido detenidos nueve individuos.
¿Y qué pasó con “El Mayo” y su hijo “El Mayito Flaco”? Se dice que desde entonces el líder del Cártel de Sinaloa entró a un proceso de negociación para apaciguar a su brazo armado y evitar “un levantamiento” parecido o peor que el “culiacanazo”, e igualmente para que se liberara a su hijo a cambio de entregarse al gobierno de los Estados Unidos. Por supuesto, se habla de otros compromisos ligados a los apoyos que el cártel habría dado a personajes de altos vuelos en la vida política de México, pero ya se sabe que este tipo de información se utiliza por el gobierno de los Estados Unidos de acuerdo a su interés coyuntural.
Si la versión anterior es cierta, la pregunta obligada es ¿cómo aparece en escena Joaquín Guzmán López junto con “El Mayo” Zambada? Se habla que dentro del primer círculo del cártel y de “Los Chapitos”, el más tranquilo y coincidente con “El Mayo” es precisamente el joven Joaquín quien, a la hora de recibir por adelantada la información de que su hermano Ovidio entraría al status de testigo protegido, optó por buscar también esta posibilidad dentro de las negociaciones de alto nivel hechas con la inteligencia gabacha, quienes permanecieron en el país, apoyados por un grupo de élite de La Marina, hasta que se concretó la entrega. Fue una operación encubierta, en el marco de la cooperación internacional, en la que el gobierno mexicano tuvo que apechugar para no hablar de intromisión o verse permisible frente a su soberanía.
¿Cómo llegaron Zambada y Guzmán al aeropuerto internacional de Hermosillo a abordar una aeronave conducida por el piloto norteamericano, Larry Curtis Parker, con destino a los Estados Unidos y dónde es obvio que los iban a inspeccionar? No tiene lógica sino es que iban a entregarse y que todo estaba pactado. Tampoco tiene lógica que dos hombres que siempre fueron sumamente custodiados lleguen solos a un aeropuerto, aborden una aeronave privada evadiendo el protocolo de despegue y se arriesguen en un vuelo con fines absurdos como el de ir a “inspeccionar pistas clandestinas”, como si no tuviesen gente para esas tareas.
Queda claro que llegaron al aeropuerto de Hermosillo vigilados de cerca por el FBI y monitoreados hasta llegar a su destino donde los detuvieron, menos al piloto Larry Curtis Parker. ¿Alguna duda?
Mientras tanto, en todo este lapso que duraron las negociaciones, en la capital de Sinaloa “los radios” permanecieron callados y los “punteros” dejaron de seguir a las caravanas de vehículos del Ejército y de La Marina, lo que mantuvo extrañados a las y los reporteros que cubren la fuente policiaca. Hasta ayer que cayeron en cuenta que todo eso tuvo que ver con las negociaciones y finalmente con la entrega en territorio mexicano de “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López.
Que “El Mayo” está enfermo, que él y el joven Joaquín se convertirán en testigos protegidos, que informarán sobre sus relaciones con la clase política en México y que “El Mayito Flaco”, hijo de Zambada, se queda al frente del liderazgo que ejercía su padre en Sinaloa y otras partes del país, son hasta ahora los comentarios centrales.
Lo cierto es que las primeras imágenes e informaciones después de su detención arrojan que, efectivamente, ”El Mayo” Zambada presenta deterioro en su salud y que decidió entregarse para negociar su sentencia y, en primera instancia, evitar la cadena perpetua y la prisión enloquecedora que ahora padece Joaquín “El Chapo” Guzmán.
¿Y que ocurrió con el hijo de “El Mayo”, Ismael Zambada Sicairos,“El Mayito Flaco”? Se comenta que sustituyó a su padre al interior del cártel para apaciguar las aguas y controlar cualquier reacción violenta al interior de la facción que le corresponde.
Hasta ayer, ya entrada la noche, en medio del escándalo nacional e internacional que causó la entrega-detención de “El Mayo”, el asesinato del líder moral del Partido Sinaloense y diputado federal Héctor Melesio Cuén Ojeda, remasterizó la conmoción que la sociedad sinaloense estaba viviendo desde un poco pasado el mediodía.
Pero el tema del maestro Cuén y el de suyo abominable asesinato lo abordaremos a parte.