
CHISPAZO. Felipe Guerrero Bojórquez
ADÁN AUGUSTO, LA “RESERVA MORAL” DEL RÉGIMEN EN “DEFENSA” DE SHEINBAUM.
¿Qué sentirán los militantes de base de MORENA, los auténticos, los de la vieja izquierda, cuando ven a los conversos del priismo hablar en nombre de su movimiento y “cerrar filas” con la presidente Claudia Sheinbaum contra los “embates de la derecha internacional”? ¿Habrá mayor ironía? ¿Imaginó alguna vez Sheinbaum que llegaría a la Presidencia acompañada de dos figuras formadas en el régimen represor de los 70 y 80, como Adán Augusto López y Ricardo Monreal, ahora erigidos en guardianes de la “reserva moral” de la 4T?
La escena viene a cuento por la conferencia de prensa que los dirigentes legislativos montaron para “defender” a la presidenta tras las protestas de la Generación Z. Una movilización legítima de jóvenes que terminó ensombrecida por el llamado bloque negro, ese grupo radical protegido desde el poder y al que, curiosamente, jamás se le toca un pelo. En cambio, hoy hay veinte jóvenes en prisión, acusados de tentativa de homicidio, pese a haber sido ellos los agredidos por la policía.
¿Es justicia a favor del pueblo o represión a favor del gobierno?
Así de veloces deberían ser contra los delincuentes. Pero no lo serán: porque los criminales no molestan al gobierno; molestan a la sociedad. Y eso ya lo sabe todo mundo. No es narrativa de “la derecha”: es el grito desesperado del país.
Peor aún: quienes están consignando a los jóvenes son las autoridades encabezadas por Bertha Alcalde, Procuradora de CDMX y hermana de Luisa Alcalde, dirigente nacional de MORENA. Gobierno, partido y familia: la misma fórmula del PRI de antaño, calcada y “mejorada” bajo la retórica de la transformación. Lo más grotesco es que quienes hoy reprimen con granaderos —sí, esos que juraron desaparecer— son los mismos que en su juventud fueron perseguidos, encarcelados o desaparecidos por el viejo régimen. La historia, a veces, no se repite como tragedia: se repite como farsa.
Y regresando a los “defensores” de la presidenta: ¿realmente Sheinbaum ordenó esa conferencia de prensa sabiendo que ninguno de los dos le obedece a ella sino a su mentor? ¿O fue un recado enviado desde La Chingada para hundirla más y echarle gasolina al fuego político?
Porque, de veras, ¿qué autoridad moral tiene Adán Augusto, señalado de vínculos con grupos criminales, para defender a la presidenta? ¿Con qué cara Monreal, cuyo estado —gobernado por su hermano— está capturado por el crimen? ¿En serio, presidenta Sheinbaum, usted los mandó? ¿O fue López Obrador, decidido a gobernar desde Palenque y a cubrir el lodazal que empieza a salir a la luz?
Se sabe que Omar García Harfuch tiene expedientes del primer círculo lopezobradorista, y que el primero en la lista es Adán Augusto. También se sabe que AMLO pidió que a su “hermano” lo blindaran, junto con el resto de la banda. Y se comenta —no sin fundamento— que Harfuch integró esas carpetas con ayuda de los gringos.
Pero hay una verdad incómoda: las manifestaciones de los jóvenes y el hartazgo de millones ya no lo van a frenar. Y en el plano internacional la percepción es contundente: México funciona como un narco-Estado. ¿Y por qué no habría de haberla, si el propio López Obrador lo dijo: que a los criminales también “hay que protegerlos porque también son seres humanos”?
¿Queda alguna duda?

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