Las instituciones electorales en México y Estados Unidos difieren de forma importante, en la Unión Americana no tiene una autoridad electoral nacional o un tribunal electoral que acredite el triunfo final de un candidato a la Presidencia, son autoridades electorales estatales y en algunos estados incluso autoridades locales por condados, las que determinan el triunfo de un candidato.
Lo anterior en palabras simples quiere decir, que en el momento de escribir este artículo Joe Biden ha sido elegido Presidente de los Estados Unidos y es casi un hecho que el próximo 20 de enero juramentará para el cargo y comenzará su periodo, ya que una cantidad suficiente de estados le han permitido superar los 270 votos mínimos del colegio electoral para ser Presidente y en los próximos días aún podría sumar Arizona y Georgia, aunque ya no resultan esenciales.
Por ende, si Trump impugna los resultados, que puede hacerlo en tribunales locales, no altera el hecho de que Joe Biden es el Presidente electo, de hecho, le toca a Trump probar que hubo fraude de aquí al 20 de enero para cambiar dicho estatus, sin embargo, lo cierto es que hay un acuerdo casi unánime entre los especialistas sobre el hecho de que no existen señales de fraude o conductas generalizadas que hayan alterado la voluntad popular.
La mayor parte de los presidentes del mundo han felicitado a Joe Biden, salvo algunos que llevan una buena relación con Trump y que se resisten, incluido Andrés Manuel López Obrador, que dice que esperará que se dirima el resultado en los tribunales, pero apenas el 19 de octubre felicitó a Luis Arce, candidato de Evo Morales en Bolivia, por su triunfo cuando ni siquiera se habían contabilizado el 50% de los votos y el soporte del triunfo de Luis Arce se desprendía de las encuestas de salida.
Es decir, AMLO debió haber actuado de la misma forma, emitir su felicitación, sobre todo porque tiene que proteger la relación con nuestro vecino, que es el mayor socio comercial del país y la principal potencia mundial.
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