A 11 años de extinción de LyF, SME tiene esperanza en AMLO para volver



Después de 11 años de que el gobierno del presidente Felipe Calderón tomó las instalaciones de la empresa pública Luz y Fuerza del Centro para comenzar su extinción, mientras jugaba la selección mexicana, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) sobrevive con la esperanza de 16 mil trabajadores de recuperar su trabajo, pero llega fragmentado y en medio de una elección dudosa que ha obligado al gobierno de la cuarta transformación a retener la toma de nota del líder Martín Esparza, hecho que hace más de una década detonó el conflicto.

Tras la extinción, el SME ha tenido vaivenes en su lucha. Logró triunfos en tribunales, que luego fueron derrumbados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al ser sindicato de industria evitó su desaparición, pero aún no concreta su mayor objetivo: recuperar la materia de trabajo.

Aunque el gremio está dividido, todas las partes coinciden en que la llegada de este nuevo gobierno abre la esperanza de lograr un acuerdo para recuperar su empleo, ya sea con patrón sustituto en la Comisión Federal de Electricistas o la creación de una nueva empresa pública, basándose en la contrarreforma energética que busca Morena en la Cámara de Diputados.

“Lo que nosotros planteamos es que buscar un acercamiento con el gobierno actual para ponernos de acuerdo. Estamos en esa intención de buscar el fortalecimiento del sector eléctrico nacionalizado (…) Hoy estamos en un momento en el que todo eso se puede revertir, revertir al neoliberalismo y sus medidas y sus reformas estructurales para eso hace falta la organización popular organizada, la participación de los sindicatos, de las organizaciones sociales campesinas y demás, y nosotros creemos que esa es la única forma que el proceso realmente avance”, expresó Humberto Montes de Oca, secretario del Exterior del SME e incondicional de Martín Esparza.

De igual manera, coincidió Mario Benítez, integrante de la disidencia que busca derrotar a Esparza en las elecciones internas por considerarlo un estorbo para lograr dicho objetivo, pues acusa que ya se ha alejado de los intereses de los electricistas con su empresa Fenix.

“Once años después la inmensa mayoría llegamos desempleados, esperando que se cumpla ahora con Andrés Manuel la reinserción laboral y sindicalmente con una dirección que ha traicionado, y una enorme oposición que comienza a avanzar articulándose de manera organizada para recuperar la democracia sindical, banderas que soltó la actual dirección encabezada por Martín Esparza”, comentó en entrevista.

División del SME ha llegado a tribunales y denuncias

No obstante las coincidencias en el discurso, el SME mantiene una profunda división que ha llegado a los tribunales, juntas de conciliación y hasta denuncias por las que, actualmente, la dirigencia y el propio Esparza están bajo investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera.

La denuncia presentada en su contra, y de la cual MILENIO tiene copia, refiere que se recibió copia de las liquidaciones de todos los trabajadores que laboraban en Luz y Fuerza del Centro, contenido en el documento liberado por el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) con folio 0681200013318. En este expedienté, que consta de 643 páginas foliadas, se puede “apreciar de manera relevante, cómo los miembros del Comité Central, sus familiares y allegados recibieron cantidades millonarias de manera injustificada.

Refiere que en el folio 643, se encuentra el señor Eduardo Bobadilla (miembro de la dirigencia del SME y muy cercando a Esparza) quien “recibe en el rubro Adicional, por liquidación 5 millones 649 mil 586 pesos sin ningún tipo de justificación. Su esposa, Susana Mondragón, con solo 6 años de servicio en LyFC, recibió una liquidación de 5 millones, también sin justificación. Y la hija de ambos, con 3 meses de trabajo, recibió por liquidación casi un millón de pesos. Sin embargo, la absoluta mayoría de los más de 40 mil trabajadores enlistados, no tienen pago en el concepto adicional”.

El documento también habla de la familia de Martín Esparza. Por ejemplo, su hermano Francisco Esparza Flores, con 19 años de antigüedad recibió por liquidación 4 millones 301 mil 954 pesos. “Mientras que trabajadores con más de 25 años de servicio no llegaban ni al millón de pesos de liquidación.

Otro que sobresale en el listado es el hijo del dirigente del mismo nombre, Martín, quien contaba con 5 años de antigüedad y fue liquidado con más de un millón de pesos. 

“Los otros hermanos de Esparza y hasta su chofer están en las mismas condiciones”. Otros miembros de la dirigencia y los mismos familiares de Esparza también reciben lo que denominaron rentas vitalicias por un monto de 44 mil pesos mensuales.

“Sí vemos posibilidades de reinserción laboral y vemos esta disposición, ¿Qué sucede, por qué no se concreta? Pues yo pienso que en particular es un estorbo Martín Esparza porque él, comandando el sindicato, exige que le den un contrato para una empresa transnacional (Fénix) y ya no está en los planes del gobierno. Entonces vemos que eso es un estorbo para lograr la reinserción; que Martin se sigue ostentando como secretario general y por eso es que le estamos disputando la dirección también y que no le den la toma de nota porque ha cometido fraude”, acusó Mario Benítez.

Por la pandemia, el gobierno federal dio prorroga al SME para mantener su actual dirigencia, pero luego de una elección que ha sido impugnada por la disidencia por realizarla en medio de la epidemia y con acusaciones de irregularidades, no han logrado obtener la Toma de Nota. Ante esto, Montes de Oca advierte que darán la lucha jurídica y si es necesario regresarán a las calles para exigirla, lo que los coloca, como si fuera un dejavú, en la misma posición que hace 11 años.

“Definitivamente nosotros haríamos una defensa jurídica: tenemos la vía del Amparo para una decisión de esta naturaleza y si es necesario recurriríamos a la movilización social, como tradicionalmente probemos hecho a lo largo de 11 años”, advirtió.

Desde 1985 se quería desaparecer LyFC: Lozano

Javier Lozano, secretario de Trabajo en el sexenio calderonista explicó: “estábamos destinando 43 mil millones de pesos al año de subsidios sólo para mantener la operación de un organismo que además lejos de apostar por la productividad crecía, según en términos de personal y de plantillas de trabajadores, y crecía la demanda, entonces esto iba a ser un barril sin fondo con 44 mil trabajadores, 22 mil jubilados y seguía creciendo.

“Era inagotable y con unos niveles de corrupción e ineficiencia muy elevados con pérdidas técnicas y no técnicas cercanas al 35 por ciento, porque lo que pasaba con Luz y Fuerza del Centro es que le compraban el bloque de la electricidad a la CFE y luego ya se encargan de distribuir aquí en la zona centro del país. Generaban muy poquito, realmente le compraban la electricidad, pero además respecto a lo que compraban, del 100 por ciento que compraban, el 35% se perdía en el camino, entonces nada más vendías el 65% y subsidiado, como iba a ser negocio esto”

Lozano refiere que el plan para desaparecer LyFC se tenia desde 1985, pero con el temblor del 19 de septiembre las prioridades cambiaron. No obstante, a su paso por la Secretaría de Energía, Calderón tenia el diagnóstico que le permitió concretar la extinción.

“Dimos un par de años de gracia a todo esto, en 2007, en 2008, ya cuando en el 2009 en lugar de lograr un acuerdo ves una beligerancia en el sindicato, ves que las cosas no mejoran, que el convenio se sigue engrosando y  siguen contratando más gente y esta gente que contrataban adicionalmente era gente que escogía el sindicato, aparte vendían las plazas, el derecho a ser contratado por la empresa lo vendía el sindicato, entonces había corrupción por todos lados.“Además tenían una cláusula de especialización del trabajo que no podían un solo trabajador hacer varias actividades sino que tenías tal nivel de especialización que por eso lo que antes hacían 44 mil trabajadores lo terminaron haciendo los 12 mil (…) yo creo que a 11 años de distancia lo que podemos observar todos los mexicanos es que se trató de una decisión valiente, oportuna, pertinente,  auténtica, bien diseñada y bien ejecutada”.

​jlmr



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