En México, el aborto legal puede llegar a ser un tema fúnebre, nos enfrentamos a un contexto en el que la mortalidad por “aborto clandestino” tiene que ver con prácticas misóginas, heteronormativas, inseguras, insalubres y desinformadas basadas en creencias religiosas y moralistas que perpetúan la desigualdad, la violencia y la misoginia.
La legislación se ha creado un campo complejo para la interrupción del embarazo, existen ocho causales en nuestros códigos penales que pueden determinar la no punibilidad o la exclusión de responsabilidad de quienes han accedido al aborto, lo que significa que hay circunstancias bajo las cuales no se castiga y otras por las cuales no se considera como un delito. Entre este ir y venir dentro del contexto legal sólo dos estados mexicanos: Ciudad de México Oaxaca contemplan en sus códigos penales que se puede acceder al aborto bajo la causal establecida como “Voluntad de la mujer”, es decir, es una decisión individual y a conciencia, lo que nos hace pensar en el artículo 4 constitucional, que establece: “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”, es decir, la tan estigmatizada autonomía reproductiva.
En este sentido y gracias a movilizaciones feministas en todo el mundo, mujeres y personas gestantes nos hemos coordinado de formas muy diversas, en varios estados de la República y en Latinoamérica trabajamos para sensibilizar al personal de los servicios de salud y del acceso a la justicia y para reflexionar con nuestras familias, amigas, en los centros de estudio, trabajo y recreación.
Desde hace trece años en el Taller Centro de Sensibilización y Educación Humana A.C en Puebla hemos trabajado en la defensa de los derechos humanos desde una perspectiva lesbofeminista. Sensibilizamos a través de talleres, teatro, círculos de reflexión, capacitaciones, acciones de denuncia pública y por supuesto acompañamiento.
Colectivizar las preocupaciones y apuestas del acceso al aborto nos permite crear un contexto en el que el acceso a la salud se convierte en un tema de gestión social, en el que en común hacemos propuestas e iniciativas de ley, nos capacitamos y organizamos para hablar del aborto como un tema de autonomía, para difundir información científica, laica y oportuna que nos permita acceder a protocolos que la OMS ha creado para una interrupción segura con medicamentos en casa, basada en el acompañamiento. Nutrimos el amor entre mujeres y otres al crear redes de apoyo, para respetar y acompañar el derecho a decidir mediante el seguimiento de protocolos, compartiendo estrategias seguras de autocuidado, dando contención emocional y seguimiento psicológico, compartiendo saberes ancestrales y experiencias. Nos gestionamos en redes estatales y nacionales para construir estrategias, planes y recetas para seguir cuidándonos al mismo tiempo que acompañamos.
Acompañar es una postura política, es un acto de resistencia colectiva, de ternura radical con el deseo de tener una vida digna, libre de violencia y discriminación.
Montserrat Flores y Laura Serratos