El espejo, ¿es una alegoría para mirar el estado del alma? Octubre llega con sus pinceladas ocres, el amarillo sobre la tierra y en la calle restos de basura interminable como el tiempo.
Las notas de otoño caen lentas, delicadas, suaves, en la oscuridad un croac de rana aviva el reflejo de la luna. Esperamos ansiosos el cambio de estación, tal vez porque en el recogimiento natural nos desacelera el ritmo de la primavera y el verano. Los árboles tiraron finalmente la fruta y sus hojas caen para dejar el espacio a las nuevas. ¿Estaremos en condición de un cambio?
La sabia Naturaleza nos regala a borbotones señales, mágica luz de vida, aún cuando llevas en el corazón una punzada de muerte. Muchas familias visten el luto de su casa corazón y a la vez celebran la llegada de nuevos miembros a esa familia, vida muerte, oxímoron constante de nuestros días.
Moneda que se tira para esperar cara o cruz y mientras cae se desmoronan los días, como en los extremos de un color a otro, policromía extensa que matiza los estados de ánimo, azul, verde, amarillo, magenta; sin ser absolutos pueden ser reveladores, como en las pinturas de Vincent Van Gogh en su genialidad obra, incomprendida en su tiempo.
A la distancia tenemos más elementos para admirar, conciliar o rechazar ideas, gustos, manera de estar y convivir con el mundo. Los jóvenes que murieron en la Plaza de las Tres Culturas, en el rojo amanecer del ‘68, llevaban como estandarte la imagen de Ernesto Guevara, El Che, y el lema “¡Hasta la Victoria Siempre!” Apenas se iba a cumplir un año de su asesinato, el 9 de octubre de 1967, en una humilde escuela en La Higuera, una aldea de Bolivia. Los jóvenes que seguían sus ideales, gritaban: “¡No queremos olimpiadas, queremos revolución!” Y esas voces se hicieron sangre, que moja las conciencias de muchas personas. Los padres de los estudiantes caídos no encontraron nunca su cuerpo, haciendo eco al verso de Rosario Castellanos: ¿Cuál madero para tumba? Octavio Paz renunció a su cargo de embajador en la India, en solidaridad con los estudiantes y su lucha. Se vuelve a escuchar la voz, de Óscar Chávez / Una flor roja / deshecho corazón/ una flor roja sin ninguna razón / El espejo de la historia, nos muestra la opacidad y brillantez de las ideas, actos, y rebeliones que nos han tocado vivir. Carpe diem. LO’ _