CHISPAZO

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CHISPAZO
SIGUEN MURIENDO NIÑOS
Felipe Guerrero Bojórquez
Dos niñas murieron a balazos en Badiraguato; quedaron en el fuego cruzado, mientras Gael un niño de 12 años, junto a sus padres, fueron trasladados gravemente heridos de ese municipio a un nosocomio de Culiacán. Es la guerra que no cesa y de la que no escapan los inocentes.

La guerra cuyos responsables de pararla no se cansan de lavarse las manos, frente a una sociedad convenenciera en algunos casos y, en otros, sumisa, temerosa, cobarde.

Hace menos de una semana, al menos 26 niños de una primaria de la comunidad de San Diego, perteneciente al nuevo municipio de Eldorado, se intoxicaron con agua de jamaica que contenía, de acuerdo a estudios de laboratorio, fentanilo y metanfetamina.

Al menos 11 menores resultaron evidentemente dañados y el criminal hecho ocurrió durante el festejo de el día del Niño. Fue a iniciativa de los padres de familia la realización del estudio del agua consumida y no de la Fiscalía Local.

En otros tiempos y en distintas circunstancias, este hecho criminal hubiese indignado a la sociedad y se hubiese exigido una investigación a fondo. No, no hubo muertos y qué bueno, pero tampoco investigación de él o los responsables. Y eso abre la puerta para que este tipo de situación, por descuido o no; por responsabilidad directa o no, pudiera repetirse. Ojalá y nunca. ¿Quién preparó el agua de jamaica? ¿Quién puso en el recipiente fentanilo y la metanfetamina? Por ahí hubiesen empezado, pero todo indica que a la autoridad le valió un soberano cacahuate. Al modo, no es para tanto han de haber pensado.

¿Y los niños muertos a tiros en medio de la guerra? Quizá esta vileza haya indignado a muchos, pero no lo suficiente como para que la rabia y el dolor que sienten los padres, los familiares, amigos, compañeros de escuela y conocidos trascienda a los niveles de exigencia, y a la solicitud inmediata de renuncia de las autoridades inservibles, esas que para nada representan los anhelos de paz de la gente.

¿Qué sigue? Desgraciadamente lo mismo que ha venido ocurriendo desde hace casi ocho meses. Las facciones en pugna enfrentándose, cada vez con mas fuerza; intactas en su estructura operativa, mientras el gobierno federal presume decomisos y detenciones, y el gobierno del estado juega el papel de espectador. Y en medio una sociedad arrinconada, amedrentada, desarticulada, sin ir más allá, normalizando con su conducta la nueva forma de vivir entre balazos, entre ataques y entre la mentira oficial. Ni el asesinato de niños mueve a la indignación social como exigencia, como protesta valiente ante una autoridad que no hace su tarea.
Así, así de jodidos.

MINICHISPAZO
En cuanto se supo, desde ayer, que Ovidio Guzmán se declarará culpable de diversos delitos ante una Corte de Estados Unidos, y que comparecerá en audiencia el próximo 09 de julio a las 11 horas, de nuevo se desataron las especulaciones. Sobre todo en el sentido de que, el hijo del Chapo Guzmán, habría negociado no solo hablar sobre temas de drogas y delincuencia organizada en México, sino de políticos relacionados con financiamiento del narco y sus acuerdos de cogobierno. Claro, obligadamente la flecha de los especialistas en estos temas apuntan para Sinaloa. Hoy habrá seguramente mucho material al respecto.

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