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AGUARUTO Y LA GIRA PRESIDENCIAL
Felipe Guerrero Bojórquez
¿Viene o no viene la presidenta Claudia Sheinbaum a Sinaloa? Hasta ayer, en la oficina de la Presidencia de la República aún no estaba aprobada la gira, aunque desde dos días atrás se había hecho un cambiadero de sede. Primero se dijo que venía a Culiacán, luego a Mazatlán, después se anunció que estaría en Guasave, últimamente que en Rosario y anoche se hablaba de nuevo que estaría en Mazatlán, aunque fuentes confiables dicen que finalmente la gira quedaría cancelada.

De cualquier forma la visita de la presidenta a Sinaloa, estará ensombrecida por lo que ocurrió en el penal de Aguaruto. Si de por sí, el atentado a los dos funcionarios del círculo cercano a la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, no es otra cosa más que un ataque al régimen, una advertencia de que las fuerzas fácticas no están jugando, lo ocurrido en Culiacán también demuestra el poderío del crimen organizado, y su capacidad para cooptar e infiltrar las estructuras del gobierno.

Si dentro de un penal el crimen organizado tiene armas de alto poder, explosivos, granadas de mano y tecnología para la guerra, habría qué imaginar que no tendrá fuera. ¿Una cárcel en la que un importante número de reos poseen armas más poderosas que las de sus propios custodios? Eso no es un centro penitenciario, es un centro de operaciones en donde el gobierno local se ha visto rebasado ¿o cooptado? Es terrible. Es inadmisible. Pone en evidencia lo vulnerable del Estado Mexicano y la alta corrupción en la esfera de la seguridad pública.

Pero llama la atención una más de las declaraciones del gobernador Rubén Rocha, reconociendo que el resguardo más importante contra los criminales, la cárcel, se convirtió en la prolongación de la guerra entre las facciones en pugna. Es decir, el enfrentamiento entre los grupos con armas pesadas no solo está en las calles, en los caminos, en despoblado, en el monte, en la montaña, en la costa, sino también donde están los recluidos. Según Rocha, a eso se debió lo que ocurrió en la penitenciaría de Aguaruto, no a otra cosa. No se debió a la corrupción, a la cooptación de funcionarios, a los vínculos del gobierno, a la ineficiencia, a la traición a la sociedad. No, no pasó nada, simple y sencillamente ocurrió porque entre ellos se traen ganas, de modo que sacaron sus poderosas armas, que seguramente les caen del cielo, y se empezaron a dar con ellas para dirimir sus diferencias. Pero hasta ahí. No pasó nada. Pobres funcionarios y custodios de la penitenciaria, ahora hay que ponerles a la Guardia Nacional para que, a parte de que ponga orden, también los proteja. Neta, ese fue el sensacional anuncio que ayer se dio desde el gobierno del estado. No habló de investigar a funcionarios, de renunciarlos inmediatamente, de buscar esquemas de fondo para combatir la corrupción en las cárceles de Sinaloa. No, nada de eso.

¿Qué ocurrió durante la intensa balacera, donde el fuego cruzado y los explosivos caracterizaron el enfrentamiento? Seguramente las granadas levantaron parte del piso y las balas impactaron los edificios como ya se empieza a conocer a través de algunas fotografías que se han filtrado. ¿Deveras no hubo muertos y heridos? Ojalá que no, pero los familiares de los presos que no se meten en estos problemas, sospechan que se les está ocultando la verdad. Ayer jueves se suspendieron las visitas al penal y, pese al infierno desatado, se les dio una explicación como si ahí no hubiese pasado nada. Hoy seguirán las protestas a las puertas del penal para exigir comunicación inmediata con sus familiares presos.

Pero hay versiones de algo más gordo, cuya versión real se le hizo llegar a la presidenta Sheinbaum de parte de Omar García Harfuch, apoyado con una ficha del FBI donde salen a relucir nombres, vínculos y quiénes desde el gobierno protegen y solapan a generadores de violencia.

En el informe, que también ha ofrecido el área de inteligencia del Ejército, se dice que es tan fuerte la estructura del vínculo local con la delincuencia, que pese a todos los esfuerzos y elementos desplegados, por lo mismo, se ha dificultado la tarea de neutralizar y combatir a estos grupos.

Todos estos antecedentes inmediatos recabados durante los meses de la guerra por los mandos federales, reventaron ya en la circunstancia de lo que ocurrió en el penal de Aguaruto. Si tenían alguna duda, ahora saben plenamente que el enemigo mora en casa.

Por todo esto, y para afinar una gira que posteriormente tenga más peso para Sinaloa, se comenta sobre la posibilidad de que la visita de la presidenta a Sinaloa quede pendiente. Este día se sabrá si viene. Si estará en Rosario o finalmente en Mazatlán. Lo que esta vez ha llamado la atención, de acuerdo a fuentes cercanas al Tercer Piso, es que la agenda de la presidenta, en sus detalles, los responsables de la gira no la han compartido con el gobierno del estado. ¿Será?

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