
CHISPAZO
PODER JUDICIAL: GRADUALISMO O IMPOSICIÓN
Felipe Guerrero Bojórquez.
La reforma al poder judicial es inevitable y no negociable. El presidente López Obrador ha tirado línea para que vaya con sus puntos y comas, y que solo habría que corregirle la acentuación, las mayúsculas y las minúsculas. Esto último no es sarcasmo, deviene de la índole dura del caudillo.
Peor aún cuando la avalancha de votos del pasado proceso electoral, efectivamente, ratificó a AMLO como el responsable único de su triunfo absoluto, contra una oposición aún atolondrada que le permitió al ejecutivo hacer y deshacer desde las mañaneras y que, pese a todo, ese adversario pensaba que tendría margen de maniobra no solo para evitar la mayoría absoluta, sino hasta para negociar con el presidente su despedida. ¡Oh..sorpresa! no solo fue la mayoría absoluta, sino la mayoría calificada, en el caso de la Cámara de Diputados, la que pudiera incluso redactar una nueva Constitución.
Hoy la oposición, ciertamente, se atrinchera en el Senado donde se mantiene con tres votos que hacen la diferencia entre la mayoría simple y la absoluta. Hay la expectativa de que se mantenga unida, para presionar desde ahí y evitar que, en septiembre, el último mes de AMLO en el poder, se ejecute la reforma y, entonces sí, negociar con Claudia Sheinbaum a partir de octubre, luego de que ésta proteste como Presidenta de la República. Ya veremos si la oposición se mantiene firme o emergen los Judas que no faltan.
En ese sentido se corre la especie de que Claudia Sheinbaum sería la más interesada en que en septiembre no salga, tal cual, la reforma de AMLO al Poder judicial porque la mayoría de su equipo está de acuerdo en transitar por un proceso gradual. De hecho, ya la Ministra Loretta Ortiz, propuesta por AMLO, dijo que MORENA” no tiene conciencia de ello” que los jueces “no se dan como en maceta, no se cambian de un día para otro, hay toda una vocación de vida, preparación, enseñanza, méritos”. Y agregó: “De que serviría la profesionalización de tantos años, de tantas personas, llevamos 30 años en esto y sería tirarlo a la bolsa”. Más claro ni el agua.
Pero la pregunta es: ¿De verdad la oposición a AMLO, respecto a la reforma del Poder Judicial, estaría surgiendo de entre el mismo equipo de Sheinbaum con acuerdo de los ministros de la Corte y algunos legisladores, o esto sería solo deseos de quienes quieren que la presidenta electa tome ya el toro por los cuernos? Porque hasta ahora lo que se ha visto es una Claudia a la que trae de arriba para abajo AMLO, en una especie de recorrido por el país para decirle a la gente “yo gané, hay se las encargo, yo ya le otorgué un bastón de mando”. Es decir, ella ahora es la presidente electa, pero en realidad yo gané la elección. Punto.
En todo caso, de acuerdo a lo que advierten los juristas serios, si AMLO cumple su cometido con la absoluta complacencia de Sheinbaum, nada detendrá el colapso del Poder Judicial, la crisis profunda que significaría cambiar por elección popular, de la noche a la mañana, a consejeros, ministros, magistrados y jueces. No solo aumentaría alarmantemente el de por sí preocupante rezago de expedientes, sino que se volvería una peligrosa constante la violación a los derechos humanos. Y lo que es peor, la inminente intervención del crimen organizado en los procesos de elección, sobre todo de jueces, porque estos representan las instancias inmediatas para resolver a su antojo.
El círculo de la esperanza de millones de mexicanos se estrecha más. Ya no en la oposición, sino en lo que pudiera hacer Sheinbaum inmediatamente se vaya AMLO. Y tienen razón porque no solo los partidos opositores quedaron reducidos a muy poco, sino porque aquellos dirigentes ciudadanos de la llamada “Marea Rosa” aún no se reponen del golpe y nada hacen, al menos, para ofrecer una mínima resistencia.
Otros se justifican detrás del escepticismo y apenas logran articular la idea de que Sheinbaum es tan igual o peor que López Obrador. Pero hasta ahí. Puede que tengan o no razón, pero mientras tanto al presidente no le interesa el “gradualismo” de los “conservadores”, lo que le interesa es pasar a la historia como aquél que inauguró una nueva era para el país; no le interesa los argumentos de “los corruptos”, si hay crisis económica, de justicia y de derechos humanos, o si el crimen organizado ya tiene candidatos. Lo que le interesa es seguir decidiendo el destino de México. Total que todo es un mandato del pueblo sabio y bueno.