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MAZATLÁN: LOS RETOS DEL NUEVO GOBIERNO MUNICIPAL.
Felipe Guerrero Bojórquez
Mazatlán es uno de los destinos turísticos más importantes del país, y ahora atraviesa por una difícil situación económica debido a la ausencia de visitantes y, por lo mismo, al daño colateral que ha provocado la guerra entre grupos del crimen organizado.

Estamos prácticamente a 10 días de que Estrella Palacios Domínguez tome las riendas del municipio, cuya estabilidad relativa, en términos financieros y administrativos, provienen de un gran esfuerzo del aún alcalde, Edgar González Zataraín, quien, al mismo tiempo, asumió el poder en medio de un verdadero caos heredado por Luis Guillermo Benítez Torres, de quien la Fiscalía General de Sinaloa mantiene latentes varias carpetas de investigación.

¿Y qué esperan los mazatlecos de quien próximamente será su nueva alcaldesa? Pues que cumpla con los compromisos hechos en campaña, principalmente el de ofrecer un gobierno honesto y transparente. Un gobierno para todos y no solo para los que militan en su partido.

Decía Abundio Cruz, un sabio campesino de Ahome, que mientras un representante del pueblo no se robe el dinero, y lo aplique en lo que realmente lo ocupe la gente, «ya chingamos», fórmula aparentemente sencilla, nada fácil de que algunos gobernantes la cumplan.

Estrella Palacios tiene sus ventajas y desventajas. Su desventaja central estriba en su falta de experiencia en conducir un gobierno. Nadie nace enseñado. Su ventaja fundamental es que es joven, aprenderá rápido, no tiene antecedentes de corrupción y ocupó por un tiempo la Secretaria de Turismo de Sinaloa, actividad que es la base de la economía de Mazatlán. Ella, tiene no solo la estampa de una mujer bella y amable, sino quienes la conocen me han dicho que es muy valiente. Lo que digo aquí se inscribe dentro del deber ser, lo que es y lo que me han comentado que es. Es todo. Nada de quedaderas de bien.

Estrella arribará al poder municipal con una base social legítima que se traducen en 110 mil votos, la mayor cifra de sufragios en la historia del municipio. Justo ese respaldo popular se le convierte al mismo tiempo en un reto: El de gobernar como prometió.

¿Cómo gobernar con honestidad?. No hay duda, siendo transparente y gastando el dinero en lo que realmente ocupa la sociedad. La lucha contra la corrupción no solo abarca esta divisa central, sino que requiere funcionarios eficientes y eficaces en la realización de las tareas que les corresponden. Funcionarios que no sean producto del amiguismo, del influyentísimo y del nepotismo porque esto también es corrupción, al igual que la falta de capacidad.

Ocupamos una presidenta fuerte, con un equipo de hombres y mujeres con capacidad para la planeación y el trabajo en equipo; que estén sujetos a evaluación interna y al escrutinio público. Un funcionario fiel con sus tareas asignadas, será siempre un hombre leal con quien le otorgó su confianza y tendrá la capacidad moral e intelectual de dirimir las diferencias con respeto y profesionalismo.

Se ocupa pues una presidente cuya autoridad demócrata le de fuerza al cabildo, a sus miembros, a los regidores que conforman al ayuntamiento y con quienes debe procurar acuerdos por consenso.

Una presidente que legitime lo ganado en las urnas y que a la hora de adquirir cualquier bien para el pueblo, a través del municipio, lo haga pensando en el ahorro y la austeridad, contrarrestando el despilfarro, el «moche» y las compras a amigos, militantes y recomendados.

En los ayuntamientos existen los llamados comités de adquisiciones formados por funcionarios de primer nivel, el Síndico Procurador y, en este caso, la alcaldesa. Ojalá y que en aras de la honradez este nuevo gobierno de un paso adelante, y se atreva a conformar una especie de comité ciudadano que supervise el gasto público. Sería muy sano y al mismo tiempo un ejemplo de cómo gobernar de la mano con la sociedad.

La función pública requiere de nuevos modelos de conducción que le respondan a la gente, bajo fórmulas sencillas que hagan posible el hacer más con menos dinero, donde la eficacia con la que trabajen los funcionarios juegue un rol determinante.

Nada de grillas baratas, ni que aquí me puso el gobernador o el secretario general de gobierno, o cualquier otro funcionario estatal y a ellos le hago caso, no a la alcaldesa. Nada de eso porque los recomendados políticos son los primeros en ponerle obstáculos a la autoridad legítima, y en romper con los modelos honestos de conducción institucional. Ojalá que Estrella Palacios se imponga. Nada pescadito. Aquí mando yo, no el que te recomendó.

Con quienes he platicado tienen esperanzas en que esta joven mujer le responda a la sociedad mazatleca, a partir de que se rodee de un buen equipo de trabajo. ¿Quiénes la acompañarán?. Aún no se sabe, pero existe la confianza de que sea gente preparada, identificada con los problemas de Mazatlán.
Démosle entonces a la próxima alcaldesa la confianza de que hará bien las cosas y pensemos, positivamente, en que el destino de Mazatlán estará en buenas manos. Sino que el pueblo se lo demande.

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