CHISPAZO

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CHISPAZO
DE AUSTERIDAD Y TRANSPARENCIA
Felipe Guerrero Bojórquez
Tengo en mi poder la analítica financiera, de enero al 31 de octubre de 2024, del Ayuntamiento de Mazatlán. En este documento se detallan bancos, números de cuenta, conceptos de ingresos y egresos, los saldos anteriores, los cargos, los abonos y el saldo final de 195 millones de pesos que quedaron en la caja de la tesorería para que la nueva administración enfrentara en parte los gastos de fin de año, principalmente salarios y aguinaldo. El documento original está notariado para evitar cualquier alteración.

Ayer, el cabildo de Mazatlán autorizó a la nueva administración un endeudamiento de 100 millones de pesos para solventar el pago de aguinaldos. A casi un mes de haberse iniciado la actual administración la pregunta es: ¿Y que pasó con los 195 millones de pesos que quedaron en caja más los ingresos de este mes? ¿En qué se gastaron como para que no haya dinero para el pago de aguinaldos?. Son preguntas necesarias más por el lado de la explicación que la desconfianza. No se si la autoridad ya lo hizo, pero la lógica lleva a pensar que ese dinero se gastó en salarios y en el abultado consumo operativo del ayuntamiento. La administración de una maquinaria administrativa tan amplia y compleja como la comuna mazatleca no es enchílame este taco.

Tan solo el pago de aguinaldo ronda en los 130 millones de pesos y el gasto operativo mensual incluyendo la nómina asciende a los 140 millones de pesos, los que se traducen en 80 millones en sueldos y 60 millones para el funcionamiento cotidiano como pago de gasolina, luz, telefono, refacciones y reparaciones menores, papelería, accesorios, compras menores y mantenimiento general etc. Es decir, los 195 millones si existieron, pero no alcanzaron y esta parte no se ha explicado satisfactoriamente. No se trata de solo pedir dinero, sino de explicar claramente las causas de su solicitud.

El ayuntamiento de Mazatlán, como el de Culiacán, han tenido problemas en la recaudación a causa de la guerra entre las facciones del cártel de Sinaloa. La gente no puede pagar impuestos y obligaciones fiscales y, a parte, la federación ha recortado las participaciones en un 50 por ciento. Incluso, al propio gobierno del estado le cayó la voladora hacendaria e igualmente le mocharon a la mitad el cheque federal. Por eso la orden desde el tercer piso para los ayuntamientos más grandes es que le busquen, que se rasquen con sus propias uñas. Ya veremos.

El mes de octubre, por ejemplo, de 46 millones que le tocaban a la comuna mazatleca solo les depositaron 23 y en el caso de este mes de noviembre es seguro que se repita la historia, aunque probablemente se reciba aún menos dinero por la caída en la recaudación. Mañana se sabrá, porque es el día hábil último del mes y cuando desde el centro depositan la lana.

Todas estas circunstancias, seguramente, obligaron a las nuevas autoridades mazatlecas a solicitar un endeudamiento para cumplir con los compromisos de fin de año, pero la sociedad tiene derecho a ser informada claramente no solo del destino del dinero, sino las razones que obligaron a solicitarlo.

Cierto, 100 millones de pesos es mucho si se traducen en diversas obras pequeñas para la comunidad, pero es poco entre los 3 mil 300 millones de pesos del presupuesto anual. Sin embargo lo anterior explica los compromisos que origina una burocracia tan abultada que devora en salarios, prestaciones y gasto operativo casi la mitad de ese presupuesto. Se trata de una bestia hambrienta que se nutre de dinero y que minuto a minuto, hora tras hora, engulle billetes sin importarle los esfuerzos que se hacen para alimentarlo. Es hora de poner a dieta al monstruo porque nos cuesta mucho darle de comer a alguien cuya productividad es cuestionable.

Ojalá que dentro del proyecto de la presidenta Estrella Palacios, se contemple una verdadero plan de austeridad y ahorro. Hacer más con menos, poner a dieta a la bestia para que se desplace con agilidad y llegue triunfante a la meta. Igualmente, en aras de la honestidad, es fundamental transparentar el gasto, publicarlo mensualmente en sus diversos rubros. La verdad sería un ejercicio ejemplar y un mensaje a la ciudadanía para que vea con confianza a la administración y su presidenta.

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