Con Diego todo, con Maradona nada


“Con Diego iría al fin del mundo, pero con Maradona ni a la esquina”

Fernando Signori

Hablar de Diego es hablar de ese chico que llegó a inyectarle pasión a este deporte llamado futbol. Desde sus inicios, el hambre y las ganas de destacar te llevaron a caminos insospechados. Como no deleitarte con el dominio del balón que te llevó a conseguir la gloria casi sin aspavientos.

Cómo no recordarte en aquel México 86, donde despertaste en muchos el amor por este deporte con tu gambeta y tu estilo particular para adueñarte de la pelota, para trascender como pocos, para cargarte a todo un país derrochando millones de sonrisas con solo verte jugar.

Tu picardía te llevó a ser el más amado, derrochando a ingleses y tirándolos como soldados de papel, uno a uno hasta verlos caer, generaste la esperanza de poder lograr cosas inimaginables para toda una nación, hasta ser capaz de generar a ese personaje que muchos repudian con aquella mano que representa un símbolo de trampa y con ello diste a conocer a ese personaje que te seguiría por el resto de tu vida, mejor conocido como Maradona.

Construiste una dualidad viviente por muchos años, donde tu sencillez fue capaz también de trascender fronteras para una vez más darle esperanza a un pueblo llamado Napoli y darle un voto de inspiración a la gente para salir avante ante cualquier adversidad. Al mismo tiempo, ese personaje llamado Maradona se alimentó día con día y le dio de comer a muchos buitres que se aprovecharon de tu éxito, y en donde la trampa, la soberbia y la falta de sensatez fueron llevándote por otros caminos.

Aún con ello, el Diego que vi en ti nunca se fue por completo, regresaba por destellos para recordarle a ese “Diez” la alegría y pasión por la pelota. Lloraste cuando tus piernas no te dieron para más en la ciudad de Roma, y con todo y ello colocaste de nueva cuenta en el mapa mundial a tu gente, aún con todas las dolencias y carencias a las que estaba destinado ese equipo.

Tu rebeldía y la incoherencia de ese personaje llamado Maradona, que te persiguió por años hasta derrocarte en tu espacio natural: la cancha de futbol, pero aun así tuviste la valentía de regresar a tus orígenes y refugiarte en tu amor por la pelota.

Si bien se demostró que siempre fuiste un mortal, también se demostró el poder y carisma para afrontar cualquier adversidad. Te aferraste al futbol como ningún otro, aun conociendo lo podrido que era y teniendo a tus espaldas a esos carroñeros que siempre buscaban verte caer.

Hoy la gente que te admira saluda a esa leyenda llamada Diego y despide al mito de Maradona. Hoy tu legado en el futbol y de tu vida fuera de las canchas, sirve de ejemplo para muchos jóvenes que ven en este deporte una esperanza de vida y que también han aprendido a generar una forma de vida distinta para no caer en los mitos que la fama y el fanatismo que construyen falsos personajes. Así que Diego vete en paz y gracias por tu legado, gracias por tu generosidad con el futbol, tu legado será recordado por siempre.

Hasta la próxima…

Twitter: @AlbertoRomeroMP



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