Daniel Pearl: el tribunal superior de Pakistán libera a hombres condenados por secuestro y asesinato de periodista estadounidense



Pearl trabajaba como jefe de la oficina de Asia meridional del Wall Street Journal en 2002 cuando fue secuestrado en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, mientras informaba sobre Richard Reid, el terrorista británico conocido como el «bombardero de zapatos».

El secuestro de alto perfil atrajo la atención internacional, en medio de una creciente preocupación por la amenaza que representa el terrorismo islámico radical.

Posteriormente, los agresores filmaron la decapitación de Pearl y la enviaron a los funcionarios estadounidenses. Fue uno de los primeros videos de propaganda dirigidos a rehenes creados por extremistas y ayudó a inspirar a otros grupos terroristas a filmar actos de violencia horribles y atroces.

Cuatro hombres fueron arrestados en 2002 y condenados por el secuestro y asesinato de Pearl. Uno, el ciudadano británico Ahmed Omar Saeed Sheikh, fue condenado a muerte.

En abril del año pasado, un tribunal superior en la provincia de Sindh, donde se encuentra Karachi, anuló las condenas de tres de los cuatro hombres y redujo la sentencia de Sheikh a siete años de prisión, lo que significa que era elegible para ser liberado a tiempo.
El tribunal dijo que los hombres habían «sufrido daños irreparables y prejuicios extremos» después de pasar 18 años tras las rejas antes, y en diciembre ordenó que los cuatro fueran puestos en libertad, pero tanto la familia Pearl como las autoridades paquistaníes apelaron ante la Corte Suprema del país, que el jueves falló en su contra.

Según una declaración del abogado Faisal Siddique Said, la familia estaba «completamente conmocionada» por la decisión de la mayoría, que describieron como una «completa parodia de la justicia» que pondría en peligro a los periodistas y al pueblo de Pakistán.

La declaración instó al gobierno de Estados Unidos a «tomar todas las acciones necesarias bajo la ley para corregir esta injusticia» y agregó que la familia esperaba que las autoridades paquistaníes también actuaran.

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