El cartujo recuerda tres descalabros en la carrera de Carlos Loret de Mola: la transmisión de la captura de Florence Cassez y su novio Israel Vallarta el 9 de diciembre de 2005, documentada como un montaje diseñado desde la Agencia Federal de Investigación, dirigida por Genaro García Luna; su entrevista en enero 2011 con Kalimba, acusado —falazmente— del abuso sexual de una menor edad, a quien sometió a un interrogatorio despiadado; y su entrevista, poco después, con José Jorge Balderas Garza, El JJ, agresor del futbolista Salvador Cabañas, ante el cual se mostró no solo condescendiente sino medroso… Aunque quisiera, nunca podrá borrar estos hechos, están guardados y disponibles en todo momento en internet.
En una ocasión, el cofrade le preguntó a Jacobo Zabludovsky por sus errores, con su habitual tranquilidad le respondió: “Ahí están, son públicos, no tengo cadáveres en el clóset”.
Es imposible para un periodista desaparecer su trabajo, bueno o malo: siempre está ahí, aguardando el momento de ser desempolvado, a veces para alimentar una hoguera insaciable.
Como Jacobo, Loret ha sabido reinventarse fuera de Televisa y sus revelaciones han herido el orgullo y la reputación del actual gobierno. Con Arelí Quintero dio a conocer el imperio inmobiliario de Manuel Bartlett, en gran parte omitido de su declaración patrimonial; difundió el video donde se mira a David León entregándole una importante suma en efectivo a Pío López Obrador para el financiamiento de Morena; publicó los contratos de Felipa Obrador con Pemex; evidenció cómo las tareas para el mejoramiento urbano de Palenque aumentan la plusvalía de las propiedades de la familia López Obrador en la zona, entre estas tareas están las realizadas en el estadio de beisbol del equipo Guacamayas, presidido por Pío, investigadas hace meses por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Loret se han convertido en un dolor de cabeza para el régimen, pero en vez de refutarlo con documentos y evidencias, el Presidente, sin nombrarlo, lo llama “calumniador profesional”. ¿Dónde están las calumnias?, sería bueno saberlo.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.