El mes 12


El mes 12. ¿Cabalístico? ¿Evangélico? ¿Numerológico? Cada uno podrá tener su mejor respuesta y visión, pero lo cierto es que en en muchas culturas el número 12 reviste una importancia singular o un significado lleno de simbolismos.

En los modelos de rehabilitación de adicciones, el programa de alcohólicos anónimos y similares que siguen los 12 pasos y cuyo análisis los historiadores lo asocian al evangelismo, se compone por 12 pasos, 12 tradiciones, 12 preceptos básicos y 12 promesas.

Siendo la promesa 12 justamente la alegría de vivir, en este último mes de un año memorable por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias, justo es nuestra intención para el lector proyectar nuestros mejores deseos en medio de tantas noticias negativas que han inundado a la opinión pública este 2020.

“De pronto comprenderemos que Dios está haciendo por nosotros lo que por nosotros mismos no podíamos hacer”, dice el enunciado de la décimo segunda promesa de AA que incluso para quienes no creen en dios, lo que trata de decir es que tras vivir la aceptación y entender que todo tiene un porqué y un para qué en la vida, ésta se convertirá en un sendero de alegrías y quedarán atrás las preocupaciones y el sufrimiento ante la nueva forma de caminar que propone el programa de rehabilitación.

Por supuesto esto va más allá del terreno de las adicciones y puede aplicar a cualquier otro ámbito de la vida una vez que en el despertar de la consciencia se conocen la aceptación, la humildad, el amor incondicional, el desapego, la gratitud y la confianza.

En algún otro artículo anterior en que hacíamos referencia al maratón “Lupe-Reyes”, usualmente asociado a los excesos de la época, invitábamos más bien, en este año tan atípico, a que aprovechemos este tiempo y este mes para cerrar el 2020, para agradecer de todo lo que aún tenemos, de reflexionar de lo que hemos aprendido y de hacer votos para que sin importar nuestras circunstancias individuales, los seres humanos dejemos atrás la negatividad y abracemos una nueva forma de ser, hacia la alegría de vivir.

Sigamos practicando el auto cuidado y el cuidado colectivo sanitario relacionado a la pandemia, seamos solidarios con los que han sufrido pérdidas en este contexto y sobre todo, veamos hacia adelante para que la nueva normalidad nos traiga un camino de esperanza.

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