Las elecciones presidenciales de Estados Unidos (EU) parecen una opción binaria para el sector de energía: un presidente en el poder que defiende la industria de los combustibles fósiles, o un contendiente que promete reformar la economía más grande del mundo para hacer frente a la amenaza que plantea el cambio climático.
Sin embargo, los comercializadores de petróleo se muestran cada vez más cautelosos de considerar al presidente estadounidense Donald Trump como alguien que hará subir los precios y a su contrincante demócrata, Joe Biden, como alguien que los hará bajar, advirtiendo que el posible resultado tiene mucho más matices de lo que se ve en la superficie.
“Los comercializadores de petróleo saben que necesitan un poco de humildad en esto”, dice Helima Croft, directora global de estrategia de materias primas de RBC Capital Markets. “Lo que es bueno para la industria petrolera no siempre es bueno para el precio del petróleo y viceversa”.
Dos visiones diferentes
La crisis del coronavirus y la correspondiente caída de los precios del petróleo enturbiaron la imagen antes de las votaciones presidenciales de mañana en EU.
Los precios del crudo se encuentran en un viaje inquietante este 2020, con la pandemia que redujo la demanda y derrumbó el precio del crudo a casi 40 dólares por barril en comparación con los 60 dólares por barril del año pasado.
La administración de Joe Biden podría arreglar el acuerdo nuclear con Irán, liberando más barriles del miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de las sanciones estadounidenses, con un suministro adicional pensando en un mercado ya saturado.
El apoyo de Biden para permanecer en el Acuerdo Climático de París y poner en marcha un alejamiento de los combustibles fósiles también podría, eventualmente, mermar el consumo de petróleo de EU.
“Trump es el status quo y la gente conoce sus políticas, pero Biden será muy diferente, con un impulso a la energía verde y probablemente un gran compromiso con el Acuerdo de París”, dice Amrita Sen de Energy Aspects.
“Pero es Irán donde el mercado se va a enfocar, por lo que una victoria de Biden inmediatamente es bajista para los precios del petróleo”, dice Sen. Pero más allá, los cálculos cambian.
Bob McNally, de Rapidan Energy, exasesor del presidente de EU George W Bush, dice que si bien esperaría que los precios del petróleo caigan en 2021 bajo la presidencia de Biden, considera que las decisiones del candidato demócrata impulsarían el crudo a largo plazo.
McNally señala que el mercado tomará en cuenta “rápidamente” el retorno del petróleo iraní. “Pero a más largo plazo, creo que una presidencia de Biden sería muy alcista para el precio del petróleo, ya que la industria se verá privada de inversiones”, dice.
Un impulso acelerado hacia la energía limpia haría que los inversores estén menos dispuestos a financiar la exploración y el desarrollo de petróleo, agregó McNally. Eso podría elevar el costo de capital para los productores y ahogar el suministro, dice.
Menor producción
Existe un creciente consenso de que el petróleo alcanzará el punto máximo de demanda en los próximos años, pero muchos creen que el consumo se va a estabilizar después de ese punto, en lugar de caer rápidamente.
Mientras tanto, las tasas de producción en los campos petrolíferos existentes ya registran una disminución de entre 2 y 6% anual, de acuerdo con las estimaciones de la industria.
Eso significa que el sector tal vez tenga que seguir invirtiendo en nuevas fuentes de suministro, incluso si el consumo de petróleo no alcanza a superar el récord de 2019 de 100 millones de barriles por día.
Las grandes compañías petroleras europeas como BP ya comienzan a decir que van a producir menos petróleo en el futuro. “La oferta todavía puede caer más rápido que la demanda”, dijo el administrador de fondos de cobertura Pierre Andurand en una conferencia del Financial Times el mes pasado.
Los movimientos políticos podrían alentar la caída de la producción. Aunque Joe Biden descartó una prohibición total del fracking si gana la votación de mañana, se comprometió a detener la perforación en tierras federales.
Una medida como esa podría reducir la producción estadounidense en 3% anual, dijo Scott Sheffield, director ejecutivo de Pioneer de la administración de Biden con Arabia Saudita, incluso si Washington trata de poner más distancia entre ellos y Riad. “No creo que vaya a desplegar el poder de la presidencia para proteger la industria del esquisto”, menciona Croft.
“Pero lo hará por el empleo y la estabilidad económica, incluso si no es una amistad maravillosa”, añade.
Vivir con la pandemia
El compromiso de Donald Trump de reabrir la economía estadounidense y aprender a “vivir con” la pandemia representa una amenaza menor para la demanda de petróleo a corto plazo, dicen los analistas.
Por el otro lado, se considera que hay más probabilidad de que Joe Biden va a iniciar medidas más duras para frenar la propagación del virus. “Se podría volver a imponer una ‘segunda ola’ de estrictas medidas de restricción por el coronavirus… en caso de que haya un cambio de poder”, dicen los analistas de Rystad Energy.
Otros argumentan que una respuesta más robusta al covid-19 conducirá a una recuperación más fuerte más adelante en EU. Independientemente de quien gane, existe la posibilidad de que se produzca un aumento de precios, si el resultado es limpio.
Al igual que sus contrapartes en los mercados de acciones y bonos, el gran temor de los comerciantes es un resultado cuestionado que provoque una venta masiva.
Pero en última instancia hay un reconocimiento de que el precio del petróleo, a pesar de la percepción pública, puede estar más allá del control de un presidente estadounidense, señalan los analistas.
“Vale la pena recordar que Barack Obama fue muy bueno para la industria petrolera, en gran medida por accidente”, dice Paul Sankey, un veterano analista del sector petrolero y jefe de Sankey Research. “Y Donald Trump ha sido muy malo para el petróleo a pesar de sus mejores esfuerzos”.
Información adicional de Derek Brower en Londres