
Mazatlán, Sinaloa, 30 de junio de 2025.- En una impactante velada de danza contemporánea, la Generación 24 de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán (EPDM) presentó “Abismos”, una función íntima y poderosa que exploró las profundidades del ser humano. A puerta cerrada, en el foro experimental del Centro Municipal de las Artes, los 10 estudiantes a punto de egresar de la Licenciatura en Danza Contemporánea ofrecieron una visión conmovedora a través de cuerpos en movimiento.
La propuesta, nacida del deseo de crear coreografías que dieran voz a sus inquietudes, se centró en temas como el dolor, la meditación, el hambre y el reflejo. Cada pieza delimitó el precipicio de heridas y abismos personales, entrelazando conceptos como la eternidad del mar, la caída constante, la infinidad del sufrimiento, el hambre impuesta, el reflejo de la enfermedad y la inminente conciencia del fin.
Un recorrido por las emociones
La oscuridad del escenario se rompió con la atención de los presentes para dar paso a las siguientes piezas:
“Umbral del Dolor”: Interpretada por Citlaly Solano y Renata Medellín, esta creación de Valentina Martín Triana transmitió un mensaje de desesperación y culpa, teñido de un deseo de resolución. Los movimientos evocaron una lucha interna palpable.
“Hambra”: Un trío conformado por Nathali Aragón, Nora Redgrave y Ariana Lozano dio vida a esta coreografía de Lucia Morales Martinelli, con música de Dibinyi Guillén López. La pieza narró la historia de un cuerpo en conflicto, luchando por encajar y liberarse de la opresión de «seres oscuros».
“Tras Capa”: Ángel Romero Flores, Daniel Trujillo, Renata Medellín y Valentina Martín Triana exhibieron una técnica impecable y una gran fortaleza en esta intensa pieza. Sus movimientos precisos reflejaron la maestría adquirida durante su formación.
“Descenso”: Creada por Ángel Romero, esta pieza llamó a la reflexión. Valentina Martín Triana, Citlaly Solano y Renata Medellín aparecieron en el escenario para invitar a meditar, recordar, perdonar y soltar, culminando la velada con una profunda sensación de introspección.
Más allá de la impresionante ejecución dancística, el público elogió la cuidadosa ambientación lumínica de cada coreografía. Los excelentes paisajes luminosos crearon un aura especial y realzaron la profundidad y el impacto emocional de cada obra.