Informática: falta programación de género


Hace 205 años, el 10 de diciembre de 1815, nació Ada Lovelace, considerada la primera mujer programadora de la historia por su aporte a la máquina analítica ideada por Charles Babbage. Sus trabajos duraron años en el olvido. Hoy el panorama para las mujeres en la informática no es muy diferente.

En 1842, Ada realizó su única publicación académica conocida para la revista Scientific Memoirs. Éstas las firmó sólo con las iniciales AAL a manera de seudónimo, no siendo publicadas con su nombre hasta 1953.Si bien no se puede precisar que Ada Lovelace desarrolló el primer programa informático de la historia, ella sí fue capaz de ver sus consecuencias prácticas, algo que Babbage no logró.

Si bien han pasado más de dos siglos, la brecha no disminuye. Los datos del Centro Nacional de Estadísticas de Educación de Estados Unidos muestran que en 1984 el 37.1% de estudiantes de computación o informática eran mujeres. En 1990 pasó a 29.9%, en 1998 se redujo a 26.7% y en 2005 se estableció en 22 por ciento.

Una de las mujeres que rompió el techo de cristal a finales del siglo XX fue la profesora Stephanie Steve Shirley, quien estableció su propia compañía de software y empleó principalmente a mujeres.

Pero, para tener éxito, Shirley tuvo que adoptar un nombre masculino, Steve, ya que percibió que la única manera de recibir respuesta a sus solicitudes laborales era haciendo creer a los destinatarios que entablaban contacto con un hombre.

Para la ingeniera industrial colombiana Daniela Galindo –quien fuese escogida por la edición en español de la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT Technology Review, como la Innovadora social del año en Colombia y como una de las innovadoras menores de 35 años de América Latina en 2015 por su diseño de un software diseñado para personas con dificultades en el habla, síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, déficit cognitivo y sordera–, el problema viene desde casa y por la asignación de actividades por estereotipo de género.

Tratando de visibilizar la importancia de las mujeres en la informática,la organización internacional Girls Who Code dio un paso contra la brecha de género que existe en el mundo de la tecnología para mostrar cómo sería internet si desaparecieran todas las líneas de código escritas por mujeres.

Para ello, crearon ‘Missing Code’ (Código desaparecido), un portal en el que recrean la web pero en la que desaparece la contribución femenina, reflejando la falta del 26% de las personas que programan o escriben código, ya que éstas son mujeres. En Zoom, por ejemplo, la videollamada muestra distorsiones o se corta, o en Chrome el navegador no es capaz de conectarse a la Red. O en Gmail no se puede acceder a los correos sobre los que se pincha, ni refrescar la pantalla.

Tenemos grandes ejemplos de heroínas techno en la historia. Desde Ada Lovelace, pasando por Joan Clarke y Grace Hopper, entre otras. No obstante, es necesario que se entienda que las mujeres no forman parte exclusiva de la historia de la informática. Que hoy, si las mujeres no programaran, el mundo lo notaría.

*Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.

@saraiarriozola



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