Se avecina el invierno y la mariposa monarca ha llegado —de su sorprendente proceso de migración— para colorear su hibernación en los bosques mexiquenses de oyamel.
Elegante con sus alas de color anaranjado y negro visten los bosques y caminos de los bosques santuarios donde cada año ellas duermen, reconstruyéndose y afinando sus maravillosas posibilidades viajeras por el norte del continente americano.
El vuelo intenso antes de refugiarse en los bosques mexiquenses y michoacanos inicia en Canadá y pasa por la unión americana. La mariposa monarca, la mariposa viajera, es un emblema para recordar que las fronteras no funcionan para la naturaleza.
La mariposa monarca (Danaus plexippus), hermosa mariposa sagrada —quetzalpapalotl, para los aztecas— llega en su vuelo fantástico durante el otoño para hibernar entre los árboles de municipios de Valle de Bravo, Temascaltepec, San José del Rincón, entre otros.
Desde noviembre hasta marzo cuando emprenden el vuelo de regreso (más de 4,000 km, de viaje) las mariposas monarca embellecen los bosques húmedos y templados de las entidades de México y Michoacán.
Viajan para alejarse de los duros inviernos del norte del continente americano. “Fue en 1975, a través de un programa de identificación y un llamado internacional de ayuda, que el Dr. Fred Urquhart entomólogo canadiense, logró descubrir el trayecto de la monarca”. (M. McAllister, Heidi, 1992).
Hoy, dos de los tres santuarios de la Biosfera de la Mariposa Monarca en el Estado de México, (Piedra Herrada y La Mesa en Valle de Bravo Temascaltepec y en San José del Rincón) serán los únicos abierto al público como parte de las actividades mínimas que se desarrollan como consecuencia de la pandemia por covid-19.
Esta mariposa “hijas de dios”, como le llaman los mazahuas, han sido figura poética recurrente para poetas, elemento para paisajes e imágenes costumbristas en la pintura y fotografía además de un elemento de identidad para la cultura regional.
Durante la estancia en los bosques donde hibernan la monarca, los viajeros y automovilistas pueden circular en las carreteras cercanas entre una “lluvia” de mariposas. Como regla de circulación, de buenas costumbres y de generosidad, retribución y respeto a la naturaleza, la velocidad debe disminuirse.
En la vida, trayecto y estancia la mariposa, que cuenta con la protección especial de la norma mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, tiene muchos adversarios: la deforestación, la tala clandestina, las bajas temperaturas, los incendios forestales (por estiaje), además de la depredación natural de pájaros y ratones. Otro más es el ser humano.