Si mañana el mundo no fuera el mismo, México tampoco. Resguardados en nuestra guarida contemplamos el universo de manera individual y colectiva. Si el tema es el covid, pensamos distinto, pero sentimos igual; cada quien con su carácter a cuestas. Argumentamos mil razones para explicarnos qué pasa, pero las emociones salen sin el mínimo decoro. De la impresión fría al asombro cálido. Del gesto contenido al grito de angustia. Nunca fuimos tan teatrales como estos meses: entre la risa y el llanto, el temor y la cautela, o la rabia por incomprensión de aquellos envalentonados que siguen sin tapar su boca y cubrir sus orificios de nariz…
Hicimos uso de todo medio de comunicación posible —convencional o no— para informarnos de lo que era el SARS COV2. Aun no comprendemos nada salvo una certeza: nunca más seremos los mismos después de 2020. No sé usted, pero, en lo que a mí toca, espero que así sea. Y espero vacunarme apenas llegue mi turno…
He soñado este tiempo con la idea de viajar y lo único que me salvó de la realidad fueron las películas de Netflix. Quiero regresar a la India e Israel, donde percibí aquello que Octavio Paz llamaba otredad. Pero tampoco me quiero ir de este mundo sin pisar los recintos prehispánicos de Guatemala y Perú.
También he tenido noches de insomnio porque cinco personas del edificio donde vivo se infectaron del virus: dos ya fallecieron. Oigo la tos de un vecino y crepito en mi interior porque vive solo, con su linda hija de cuatro añitos. ¿Es justo? Todo indica que ya la libró…
Un año desolador. Los filósofos dicen que los humanos no tenemos remedio y regresaremos a usos y costumbres de siempre: pérdida del humanismo, el capital y la nada. Entonces regreso a mí y me digo: no, Braulio, tú no. Tú tienes que aprender que la vida no se fue este año y que lo que sigue es tu última oportunidad para terminar tus proyectos que, aunque no le importen a nadie, son de tu interés: el único motivo para que sigas existiendo…
Las lecciones 2020 son personales y se pueden hacer colectivas. Empieza hoy. Al despuntar el 2021 sabremos lo que sigue. Esperemos no sea la apocalíptica verdad del poderoso filme de George Clooney, Cielo a medianoche…
Feliz año, a pesar de todo.