Más de 5 mil razones


No sé si será una mera impresión o es cuestión de la temporada, pero el tráfico vehicular y humano se ha intensificado tanto en el área de Guadalajara a últimas fechas que rebasa ya cualquier criterio de cuidado y precaución ante una pandemia que sigue en vertiginoso incremento. Parece que en vez de causar preocupación lo que en realidad sucede al dispararse la cifra de casos y de muertes, es un relajamiento ya muy generalizado, nadie cree que le pueda pasar a un familiar cercano y mucho menos vivir en carne propia la enfermedad, la vida retoma su condición previa a todo este insólito fenómeno y, simplemente, ni autoridades ni las mismas personas parecen aceptar que ninguna aparente normalidad puede asumirse si hay una sola y contundente realidad: según cifras oficiales van más de 5 mil muertos en Jalisco a causa del COVID. La cifra, se dirá, es “mucho menor” a la de la ciudad de México o al estado de México, pero, si lo vemos de otra forma, resulta también inquietante que nuestra tasa de mortalidad esté muy por encima de las de Nuevo León o Guanajuato, por citar otros dos estados con población importante.

Desde luego que la situación en el país ya es de por sí alarmante y está visto que el gobierno federal disfraza todo, de manera que podría ya asegurarse, como afirma el científico y exsecretario de SSA Julio Frenk, actual rector (presidente) de la Universidad de Miami, se trata del más grande fracaso en políticas de salud de México en todo un siglo. No es para menos. Qué huecas y falsas suenan aquellas frases grandilocuentes de que “estamos domando la pandemia”, “aplanamos la curva”, “dominamos el virus”, “nuestro manejo de la epidemia es un ejemplo para el mundo” y otras por el estilo en boca del presidente de la república o de su subsecretario consentido Hugo López Gatell, aferrado éste a sus también erróneas tesis de que no había necesidad de hacer pruebas masivas, los cubrebocas no sirven como se cree, (incluido el mal ejemplo que aún sigue dando el primer mandatario), o que “pronto” llegaremos a la cima de contagios y otras sandeces más. Total, dirán ellos, ya viene la vacuna y asunto resuelto. Malo, mucho muy malo, claro, que igualmente se incurra en la incongruencia constante. En vez de llamar a las cosas por su nombre, ahora en lugar de volver a un absolutamente indispensable semáforo rojo en la ciudad de México (los colores, dice Gatell, ya son intrascendentes), optan por llamarle a la situación de claro y grave rebrote, simplemente “estado de emergencia”.

Pero en Jalisco las cosas tampoco están para celebrar. Las medidas adoptadas aquí parece han sido mejores, aunque definitivamente sigue haciendo falta por ejemplo mucha información de parte del gobierno para mantener un rumbo y corregir fallas. Sobre todo, hay que atender al hecho extremadamente significativo de que aumenten no solamente los contagios a un nivel no visto sino a que empiece a reflejarse una alta ocupación en los hospitales. Según se reconoce, ya hay un promedio de alrededor de mil pacientes de COVID en los nosocomios públicos y privados de la entidad y es de advertir que no todas las medidas son las más pertinentes.

Poniendo a salvo el criterio de que la industria debe seguir adelante como principal fuente de empleo, surgen varios puntos con evidente contradicción. Así, la cuestión educativa, un regreso paulatino a clases presenciales bajo una regulación y medidas pertinentes, no tiene en apariencia igual importancia que la facilidad con la que se abrieron antros, casinos y cantinas. Cierto que este sector también importa (todos son de tomar en cuenta) pero nada qué ver con la educación. Pasa en el comercio, cuyos horarios son ya normales mientras que en quienes más se ha endurecido la autoridad es con los informales, que en su caso sí tienen el “trabajas o te mueres de hambre” en su cotidianeidad.

En fin, aunque se dice que ya el solo estado de Jalisco rebasó ya en número de fallecidos a todos los acontecidos en China desde que inició la pandemia -aunque allá también sean posibles seguidores de la forma “lopezgatellista” de manipular cifras-, lo cierto es que gobierno y sociedad tienen una responsabilidad compartida en algo irrefutable: hay ya más de 5 mil muertos que son otras tantas razones para hacer mejor las cosas. Y, POR FAVOR, que los liderazgos sigan mejor por el camino del buen ejemplo.

miguel.zarateh@hotmail.con

Twitter: @MiguelZarateH



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