El festival de cine de Morelia inició con una versión remasterizada de Amores perros y con la presencia, solo por un breve rato, como dijo él mismo, de Alejandro González Iñárritu, quien en México aparentemente aún conserva el apellido completo en lugar de ser G. Iñarritu como en Hollywood.
¿Qué decirles? Este año tan difícil fue hermoso simplemente poder estar parado bajo el sol de Morelia antes de entrar a una sala de cine o a alguno de los muy pocos y cuidados eventos presenciales, como la inauguración, donde Alejandro le dio sentido a su presencia en el lugar, ya que nadie se pudo acercar a él por motivos de salud.
Pero tres cosas me quedaron muy claras.
La primera es que Alejandro sigue manteniendo sus dones de los tiempos de WFM, es un director hecho en la radio y así condujo su “conferencia de prensa˝ que acabó siendo un divertido anecdotario nostálgico, aunque no hubo preguntas para la prensa.
Otra es que aunque sabemos que hubo un rompimiento, ya años atrás, sí hizo falta la presencia de Guillermo Arriaga, quien escribió la cinta.
Pero el agradecimiento de Alejandro al escritor y ahora también director, sí sonó de corazón.
La otra es una que ya habían reiterado muchas veces, pero cuando el actorazo Álvaro Guerrero confesó que en un arranque o berrinche grito que “trataban a los perros mejor a ellos˝.
Ojalá lo hubiera sabido hace 20 años cuando salí corriendo del Cine Metropólitan con lágrimas y la emoción desbordada. Como sea, feliz segunda década, Amores perros.
Twitter: @susana.moscatel