
O TE REGISTRAS, O TE REGISTRAS
CHISPAZO
Felipe Guerrero Bojórquez
José Merino, director de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, anda de noticiero en noticiero aclarando que la nueva ley en materia de datos personales, CURP biométrico y telecomunicaciones, nada tiene que ver con espiar a la gente y tener un control de ella. Y luego plantea una trampa: El nuevo sistema de datos biométricos asociados a la CURP “solo es a solicitud y con autorización de las personas”.
Pero lo que no dice es que, de aquí en adelante, los mexicanos, querámoslo o no, nos veremos obligados a formar parte de un sistema de información e identidad porque entonces quedaríamos fuera del modelo administrativo, financiero y de telecomunicaciones del país. No es que dependa de nosotros solicitar el CURP biométrico y autorizarlo, sino que este nuevo tipo de identidad será prácticamente obligatorio a solicitud de las entidades correspondientes, como las compañías de telefonía celular, las instituciones bancarias, las dependencias del gobierno vinculadas a nuestras propiedades como el catastro, el registro público, los vehículos, placas, teléfonos, el registro para la obtención de becas, inscripciones en todo el sistema escolar etc. En una palabra, nada podremos hacer si al mismo tiempo no nos inscribimos ante el Registro Nacional de Población (RENAPO) y otorgamos al gobierno prácticamente toda nuestra identidad: rostro, huellas dactilares, iris de los ojos, estatura, complexión y otras características físicas, propias del fichaje de quienes cometen actos criminales.
Hasta hoy, solo el INE mantiene una base de datos con información biométrica de los ciudadanos en edad de votar y que, se supone, por su relativa independencia del gobierno, se encuentra a buen recaudo. Sin embargo, el objetivo del actual gobierno es crear una identificación oficial única, asociada con la CURP y con huellas del cuerpo, que servirá para todos los trámites en instituciones públicas y privadas.
Pero igual, esta identidad única con datos biométricos, será solicitada de manera obligatoria por las compañías de telefonía celular, como condición fundamental a la hora que alguien quiera comprar un equipo. Sin este documento sencillamente no se concretará el contrato de compra-venta. Entonces la pregunta es: ¿Depende del ciudadano registrarse y autorizar los datos? Claro que no. O te registras o sencillamente quedarás aislado de todos los procedimientos que mueven la vida cotidiana.
Por eso es fácil percibir que el señor Merino, a la hora de asegurar que al ciudadano no se le obliga a otorgar sus datos personales, no dice la verdad. Tampoco es creíble cuando afirma que los ciudadanos son los únicos dueños de la información y no el gobierno, solo que se contradice cuando se ve forzado a aclarar que será la Secretaría de Gobernación, a través del Registro Nacional de Población, la que se encargue de recopilar todo el CURP biométrico para luego diseñar la nueva identidad única nacional que hará a un lado a la credencial para votar.
Esto último sin duda, a parte de tomar el control de la identidad plena de todos los mexicanos (huellas, propiedades, trámites, números de teléfono etc.), propiciará una drástica caída en el padrón del Registro Nacional de Electores, ya que la credencial del INE no servirá como identificación oficial. Es decir, se perderá el interés de la renovación, puesto que solo será utilizada en tiempos de elecciones y ya no será exigida para identidad.
Don José Merino dice que la Agencia bajo su cargo, nada tiene que ver en la construcción de esta nueva identidad porque ello corresponde a Gobernación, pero acepta que su dependencia “hace un acompañamiento” en términos de desarrollo, tecnología, infraestructura “aunque la autoridad sustantiva es el RENAPO”. Queda claro que una cosa es la formalidad y otra es que la llamada Agencia de Transformación Digital es la que está guiando toda la estrategia rumbo a la obtención de la nueva identificación oficial de los mexicanos: Todos: Menores y mayores de edad.
Se insiste: No es que de nosotros, de nuestra voluntad, dependa registrarnos ante Gobernación y proporcionarle todos los datos. Es que de aquí en adelante nos obligarán a hacerlo, so pena de quedarnos fuera de todo el sistema administrativo, financiero y de comunicación del país. En una palabra: O te registras o te registras.
Por lo pronto el señor Merino dice, dice y dice, que todo este sistema no es para espiar a los mexicanos, mucho menos para controlarlos porque la información que proporcionen los ciudadanos es de ellos y que, según él, no hay capacidad del gobierno como para integrar una base de datos de ese tamaño. ¿Ustedes le creen? Yo tampoco.
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