Cientos de panistas están enojados, pero la necesidad de arrebatarle el poder al partido que actualmente encabeza la cuarta transformación los ha llevado al menos en lo público no hacerse notar, pero en lo privado no ven cómo es posible que Acción Nacional, el partido que acabó con la dictadura perfecta hoy esté pensando en unirse al PRI para evitar el avance de una izquierda mexicana comprometida hasta la médula con Morena.
Pero también están aquellos que no ven otro modo de evitar ese avance, aquellos que insisten en salvar al país a toda costa, una nación en riesgo porque ven en el partido hegemónico un riesgo para la nación y con esas premisas el PAN a través de su Consejo Nacional, con 70 por ciento de votos a favor decidió que era buena idea sumar al PRI.
Veo en esto, más que una relación sana, una condición icónica, y una hecho sin precedente en el que dos acérrimos enemigos por más de 70 décadas hoy deciden que pueden ir en alianza con ellos, el apoyo no es unánime y ha despertado fuertes críticas entre connotados miembros del blanquiazul.
Cuente entre ellos al ex gobernador de Guanajuato, MIguel Márquez Márquez, quien no puede ver al actual dirigente del PAN, Marko Cortés, quien termina su período el año que entra y podría ser sucedido por el también ex alcalde de Purísima del Rincón, quien no descarta llegar a la dirigencia nacional del partido, ante una clara falta de liderazgo al interior de Acción Nacional.
El meollo del asunto es que esta alianza de facto da al presidente argumentos para asegurar que ambos partidos al final son lo mismo pues con tal de quitarle el poder a Morena terminaron aliándose sin más y por ende Morena se mantendría a nivel nacional en los primeros lugares de la preferencia de votos, reforzando la idea de que no hay alternativa más allá de Morena, pues la otra opción es el PRIAN.
Sin duda el gran reto será conseguir la mayor cantidad de posiciones posibles en la Cámara de Diputados pues la única forma de equilibrar el poder es haciéndose de uno de los tres, en el caso del Poder Judicial las designaciones vienen del ejecutivo, pero en el caso de la Cámara de Diputados es el voto directo el que permitiría llegar a la mayoría, lo cual puede que sea hoy difícil. La pregunta es si las convergencias serán suficientes ante la gran divergencia que hoy representa esta alianza.
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