Esta semana que termina tuve la oportunidad de estar en el C5i participando de un evento por demás interesante, el segundo Congreso de Prevención Social y Participación Ciudadana, y le comento que interesante porque fue un congreso cerrado, solo por invitación, y solo para los diferentes órganos de gobierno de nuestro estado.
En particular para la Secretaría de Seguridad Pública, así que pude ver en ese auditorio, que además de estar sentados guardando su sana distancia y con cubrebocas, la gran mayoría eran policías, gente dedicada a dar seguridad a la ciudadanía.
Escuché cuatro ponencias bastante reveladoras con respecto a las diferentes problemáticas sociales que perturban la seguridad y la paz social, se habló de cómo disminuir factores de riesgo asociados a la delincuencia y a la violencia, además de que se les aclaro (a los presentes) su gran importancia como actores dedicados a promover un ambiente de seguridad, orden y paz.
Temas álgidos como las drogas, la corrupción y la impartición inequitativa de la justicia fueron comentados y sí, vi a varios incómodos con lo que se les fue dicho, y quizá lo más relevante fue cuando tocaron el tópico de la participación ciudadana, se hablo del poder generar una corresponsabilidad entre autoridades y sociedad, para fortalecer la cultura de la autoprotección, y así restablecer de a poco un tejido social que se ha venido desgastando irónicamente por la modernización de la interacción humana, hoy es más fácil conectar con alguien que no conocemos en persona y que está a miles de kilómetros de nosotros, que cruzar la calle y saludar a nuestro vecino, que a veces ni su nombre conocemos.