La gente suele confundir el término “fuga de capitales“, y cuando sale en las noticias piensan que es algo terrible y realmente no es el caso; es muy importante señalar que en el país, además del capital nacional, los extranjeros también invierten en nuestra región, pero lo hacen de dos maneras: Una —la mejor —, es la que se denomina Inversión Extranjera Directa, esta inversión es la que realizan corporaciones que vienen a establecerse en nuestro territorio para producir y vender sus productos en el mercado local o exportar lo que fabrican en México; lo importante es que sus dólares se convierten en compra de terrenos, construcción de fábricas, importación de maquinaria y equipo, este tipo de inversión es mejor porque es fija, normalmente se queda en el país durante muchos años y solo se va cuando algo realmente importante las afecta y ya no quieren seguir.
Es muy raro que estas inversiones se cancelen, por el contrario, año con año entre reinversión de utilidades y nuevas aportaciones, entran al país alrededor de 30,000 millones de dólares (mdd); esto ha sucedido en los últimos 10 años.
Hay otro tipo de inversiones que también realizan los extranjeros en nuestra nación, pero con fines especulativos, es inversión que solo busca en México un rendimiento adecuado. Son inversiones cuantiosas en las que se traen los dólares, se venden, y con los pesos que obtienen se compran bonos emitidos por el gobierno federal que tienen grado de inversión y actualmente dan un interés de 4 al 6 %, lo que resulta mucho mayor que el rendimiento de las inversiones en Treauseries emitidos por la Tesorería de los Estados Unidos (EU) y que rinden prácticamente 1% en promedio; a estos fondos también se les conoce como capital golondrina, ya que cuando las condiciones son mejores en otro lado pues simplemente se van, venden sus bonos, reciben pesos y con esto compran los dólares para remitir los fondos a su lugar de origen.
Esta es la clase de inversión que este año ha salido, a la fecha, se han ido 400,000 millones de pesos (20,000 mdd), lo cual no es un drama porque aún quedan en México fondos de este tipo por 2.8 millones de millones de dólares; pero sería conveniente que no se fueran. La parte más importante de las salidas sucedió en marzo y abril, por eso, el peso lo resintió y tuvimos una importante devaluación de nuestra moneda; sin embargo a pesar de que el dinero ha seguido saliendo en los últimos meses, los flujos de salida han sido compensados con los superávits de la balanza comercial donde este año, en función a lo anterior, el peso no solo no ha sufrido por las salidas de capital golondrina y se ha revaluado un poco.
El superávit de balanza de pagos apoya el valor de nuestra moneda, pero es una mala señal porque es producto de que la inversión privada está parada y no hay compras de maquinaria y equipo, lo cual es muy mala señal. México no se puede dar el lujo de no crecer; somos 130 millones de mexicanos, de los cuales 50% viven en algún grado de pobreza.