Salir del paso


La expresión «salir del paso» viene muy ad hoc con este año 2020. En ella se reconoce una de esas tantas potencialidades de las lenguas para decir lo no- concreto; para describir ese algo que es emoción, actitud, reflexión, procesamiento, experiencia y circunstancia… vida… no objeto.

Aludo a las sutilezas del idioma: salir del paso no es vencer una prueba, pero sí lo es. Salir del paso no es salvarse del lío creado por uno mismo, pero sí lo es. Salir del paso pareciera solo cosa de suerte, y no se sabrá nunca si así fue. La frase nos fotografía caminando estos meses de pandemia, entrampados en un desaceleramiento que puso a prueba las rutinas de los días, esas que parecían imprescindibles, insustituibles y acertadas.

Un virus nos demostró que se podía vivir de otra manera: estando más cerca de los tuyos y lo tuyo, y más lejos de los otros y lo otro. Un virus nos demostró que se podía morir de otra manera: más lejos de los tuyos y lo tuyo, y más cerca de los otros y lo otro.

Los gobernantes de hoy dictan: “Ve, y cuídate a ti mismo”, siendo que Dios lo ha dicho desde siempre cada vez que insufla el hálito de vida en cada nacimiento, en cada despertar.

Siempre lo ha dicho pero de este modo: ámate a ti mismo; insistiendo en que se conjugue el verbo Amar como actos concretos. En cada acto amamos, o no amamos, a nuestra propia persona, y a las otras. En cada acto nos cuidamos, o no nos cuidamos, a nosotros mismos y a las otras personas. Amar se trata de Vivir. Cuidarse se trata de procurar el Bien para la salud y la felicidad.

Otras sutilezas del lenguaje son los sinónimos, que existen por convención pero no son reales. Es decir, todos sabemos que nada es igual a otra cosa, pero que la podemos nombrar de diferentes modos y referirnos a lo mismo, por una idea de su aproximación de significado. Amar y Vivir son sinónimos.

El lenguaje está lleno de recovecos por explorar, su precisión es milimétrica, su capacidad lúdica es infinita. Se puede conversar con el lenguaje, estirar un vocablo hasta sus últimas consecuencias; derivarlo y dejarlo reírse a carcajadas de lo tonto que somos cambiando la posición de una coma, o enlazando consonantes irreconciliables.

Conversa con las ideas y busca un viejo y un nuevo vocabulario; descubre en qué lenguaje conjugarás los colores y el silencio, la respiración.

Juega a la vida, como tus palabras juguetean rebotando en el trampolín del cubrebocas. Sal del paso este año, este mes, esta vida. _



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *