Ser mamá y emprender: reinventarse es el secreto



El día que me enteré de mi embarazo supe que tendría que cambiar todo en mi negocio y que tenía enfrente un fecha límite imposible de aplazar. ¿Qué sería diferente? El tiempo dedicado, las actividades que realizo e incluso, el propósito de la empresa.

Tuve que poner el freno de mano cuando iba a una buena velocidad y preguntarme, ¿para qué existe este emprendimiento? ¿cuál fue el motivo para crearlo? ¿todavía es vigente? Y esas preguntas resultaron aterradoras después de una década de vivir de mi proyecto.

Sin duda, esta nueva etapa en mi vida me estaba empujando algo que desde hace tiempo le habría venido muy bien a mi negocio: reinventarse. Así que de inmediato iniciaron las acciones para hacer una transición relativamente ordenada a algo nuevo que me permita un balance entre mi vida profesional y mi maternidad.

¿Pero cómo sería ese proceso? No hay una serie de reglas claras, pero al irlo transitando descubrí que puede funcionar no solo para optimizar y potenciar un emprendimiento existente, sino, para lanzarte al mundo del emprendimiento cuando también quieres disfrutar de ser mamás.

Por eso, te quiero compartir algunas estrategias y herramientas que te van a funcionar si estás pensando en poner un negocio, si quieres reinventar el tuyo o si estás buscando equilibrar tu vida profesional y personal.

1. Pregúntate, cuál es tu problema actual. Sé lo más realista que puedas

Mi problema es muy claro. Voy a tener un bebé que me va a demandar tiempo y energía, misma que no le voy a poder inyectar al negocio. ¿Qué toca hacer? Equilibrar mis recursos.

¿Cuál es tu problema? ¿Quieres tener más tiempo para tu familia? ¿Quieres poner un negocio pero no sabes cómo? ¿Quieres darle un giro a tu emprendimiento? El paso más difícil es ponerle nombre y apellido a lo que quieres enfrentar.

Es súper importante que seas lo más realista posible. ¿Con qué recursos cuentas? ¿Tienes ahorros? ¿Cuentas con un ingreso estable ya? ¿Qué ya tienes para iniciar? ¿Qué te hace falta? Esto te va a dar una perspectiva mucho más certera de por dónde debes empezar.

2. ¿Para qué quieres emprender? ¿Cuál es tu propósito?

Emprendí hace más de una década con una misión muy distinta a la actual. A lo largo de los años ha ido cambiando su razón de ser. Y hoy es cuando más revuelto he tenido esta área. Ejercitar el encontrar mi propósito ha sido una de la acciones que más me han sacado de mi área de confort, así que prepárate para una buena sacudida.

El propósito es algo que encuentras cuando puedes identificar tu pasión, tu misión, tu vocación y tu profesión. Puedes escribir qué es lo que amas, para qué eres buena, cuáles son las cosas por las que te pueden pagar y qué es lo que el mundo necesita de ti. Poco a poco, vas encontrando la respuesta.

Este es quizás el paso más complicado y que requiere un ejercicio de autoconsciencia y reflexión muy fuerte. Te va a tocar comparar qué estás haciendo hoy y por qué, contra qué quieres hacer con ese emprendimiento y por qué. Lo más importante, es que logres responder el “para qué” quieres cambiar la cosas.

3. Haz un plan de acción, de preferencia, a un año

Una vez identificado el problema y descubierto el propósito es fundamental definir a dónde quieres llegar. Establecer de una a tres metas te va a ayudar a ponerle foco a las ideas que tienes en mente. Ponle número y plazo a esos objetivos, para que puedas medirlos bien.

Después, puedes desglosar esas metas en diferentes actividades a cubrir en cuatro periodos para ir midiendo parcialmente tu avance. Cada uno de esos periodos puede ser un trimestre que, a su vez, se pueda dividir en meses.

De esta forma, podrás hacer un seguimiento de esas metas y podrás verificar si estás cumpliendo o no con ellas.

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