Sombras de verdad


No quiero tentar al destino ni hacer bromas de mal gusto, pero creo que he tenido un covid-15. Sí, 15. Si llega al 19, me cargó el pintor. Me confiné, pero nunca se sabe. Todo en estos días es una locura.

Ya conté en esta página que en mi casa hay locos. La tía abuela Nina Gay se chifló desde joven. He visto fotografías de Nina y era guapona. Un día dijo que la perseguía el globero, un personaje urbano muy común en esos años que caminaba por las calles de la ciudad con un silbato en la boca y una nube de globos.

Nina dijo que el globero la quería cerca solo con eróticos fines muy serios, y ella, aunque excitada, no cedió a sus impulsos y se escondió dentro de un tinaco.

Yo sentí como un dolor no muy localizado, pero de que era un dolor era un dolor, y el tanque concentrador de oxígeno no llega.

¿Dónde te duele?, me preguntó un médico, paciente de paciencia y amigo. No sé bien, le dije, no sin vergüenza. Tómate un Tafil y duérmete. El Tafil está agotado, le contesté. Entonces te hago una receta de Tasedan. Lo que sea con tal de dormir.

Ya lo dije: locura. El abuelo Pepe, padre de mi padre, regresaba de su trabajo burocrático en Petróleos Mexicanos a las cinco de la tarde, se quitaba uno de sus dos únicos trajes, se ponía la piyama, colocaba el pantalón debajo del colchón para que con el peso lograra un planchado automático. No era un demente, pero sus sueños lo convertían en un loco. Toda la familia sueña raro.

Ramón Gay, exitoso autor de cine de los años cincuenta, primo hermano de mi padre, un día se encerró en un baño, selló las ventanas, prendió un anafre y se entregó a diversas ensoñaciones. Mi padre rompió una ventana y lo salvó. Motivo del intento de suicidio de Gay: sus proclividades homosexuales. ¿El suicidio es una locura o una verdad?

El covid-15 pega con fuerza. Yo me tomo dos tasedanes y ahí se ven. Amanecí con la camiseta ensangrentada en el pecho. ¿no me creen? Allá ustedes. O fue un sueño. Sí, un sueño, como en una noche de tranquilidades seniles.

Por cierto. Recientemente he tenido sueños perturbadores y siento que mi cordura se acerca al abismo.

¿Dije cordura? En casa no hay cuerdos.

rafael.perezgay@FGTelevision.com
@RPerezGay



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