En 2011, México organizó el Mundial Sub-17, siendo la primera Copa del Mundo que nuestro país organizaba desde 1986 y, en ése mismo sentido, albergó un torneo FIFA 12 años después de la Copa Confederaciones de 1999.
Aquel certamen representó el segundo título para el Tri dentro de esta categoría; sin embargo, dicho galardón no se hubiese logrado sin la voltereta que el equipo nacional protagonizó en la semifinal ante Alemania, disputada en Torreón.
Las dos anotaciones con las cuales México remontó a la U-17 Junioren Deutsche Fußballnationalmannschaft, fueron convertidas por Julio Gómez, canterano del Pachuca, quien convirtiera el empate al minuto 76, en un tiro de esquina en donde accidentalmente se estrellara ante el poste izquierdo del arco alemán.
Posteriormente, al 90′, y ya con esa banda ensangrentada amarrada a su cabeza, realizó aquel memorable gol de volea que puso al Tri en la Final ante Uruguay.
¿QUÉ LE HA PASADO?
Ahora, a poco más de nueve años de ese momento histórico, la carrera de Gómez fue en picada. Tras salir del Pachuca, en 2013, y tener un breve paso por las Chivas, durante 2014, la llamada Momia ha labrado su andar profesional mayoritariamente en el ahora extinto Ascenso MX (ahora Liga de Expansión), pues entre 2015 y 2019, estuvo en siete equipos del circuito; en ninguno de ellos se pudo establecer.
El único club que en estos años le dio una nueva oportunidad en la Liga MX, fueron los ya también desaparecidos Jaguares de Chiapas, en el Clausura 2016. De ser promesa nacional, Gómez vive prácticamente en el olvido, pues actualmente se encuentra en las filas del Real San José, equipo de la Liga de Balompié Mexicano.
Sin embargo, el tiempo también le han pasado una factura, pues Julio, ahora con casi 27 años, luce con un notable sobrepeso, incluso avejentado, pero -eso sí- portando la casaca ’10’ del equipo.