Trascendió


Que tomando en cuenta que apenas dos días antes Estados Unidos se desistió de los cargos criminales y entregó a México al general Salvador Cienfuegos, a nadie quedó duda quién fue el blanco de las palabras de Luis Cresencio Sandoval, titular de la Defensa, sobre eso de que no hay espacio para desviaciones en la carrera militar, y menos de los dichos de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, por aquello de los prietitos en el arroz, todo durante la conmemoración del inicio de la Revolución.

Que a propósito del general, la especie difundida por la agencia Reuters de que la entrega de Salvador Cienfuegos estuvo condicionada por Estados Unidos al compromiso mexicano de captura y extradición de un importante capo del narcotráfico coincidió ayer con la notificación de la aprehensión, el 13 de noviembre por parte del Ejército y la FGR, de Agustín “N”, Don Guty o El 14, operador directo de El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Que por cierto el canciller Marcelo Ebrard apagó un pequeño fuego que le quiso encender el diputado Gerardo Fernández Noroña cuando lo cuestionó sobre si es cierto que Salvador Cienfuegos volvió a México en un jet privado, a lo que respondió: “fue en un jet de US Marshals, como lo ordenó la jueza en NY”.

Que el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, presentó su reciente libro Francisco I. Madero: una experiencia inacabada y explicó mediante sus redes sociales, sin dar detalles, que en este volumen hace una analogía entre el apóstol de la democracia y el presidente Andrés Manuel López Obrador como representantes de dos etapas históricas de transición política en México. 

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