Trump amenaza con derribar aviones de Venezuela y despliega cazas furtivos en el Caribe
Washington / Caracas.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que en caso de riesgo las fuerzas armadas estadounidenses derribarán aviones de Venezuela, al tiempo que ordenó el despliegue de 10 cazas furtivos F-35 en Puerto Rico, lo que eleva la tensión militar en el Caribe.
La declaración se dio tras un episodio en el que la Marina de EE. UU. hundió una embarcación venezolana presuntamente vinculada al narcotráfico, dejando un saldo de 11 muertos, según reportes oficiales.
Fuentes del Pentágono confirmaron que los F-35 forman parte de una estrategia de “contención y disuasión” en la región. La medida responde también al sobrevuelo de aviones militares venezolanos sobre un destructor estadounidense, calificado como “altamente provocativo” por Washington.
Trump señaló que su gobierno actuará con “mano firme” para neutralizar cualquier amenaza aérea. Aunque rechazó que se trate de un plan de cambio de régimen en Caracas, versiones de prensa aseguran que la Casa Blanca analiza posibles ataques contra objetivos de carteles dentro del territorio venezolano.
La administración estadounidense justifica estas acciones en el marco de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, luego de que el grupo Tren de Aragua fuera catalogado como organización terrorista. Analistas críticos advierten que esta clasificación abre la puerta a operaciones militares sin aval legislativo y con un alto riesgo de intervención.
El gobierno de Nicolás Maduro reaccionó movilizando tropas y milicias, mientras acusó a Trump de buscar un cambio de régimen encubierto bajo la narrativa antidrogas. Desde Caracas, el mandatario llamó a la “resistencia nacional” y denunció que Washington pretende convertir a Venezuela en escenario de guerra.
La tensión entre ambos países escala rápidamente: EE. UU. despliega poderío aéreo y advierte sobre represalias inmediatas, mientras Venezuela endurece su discurso y refuerza su aparato militar.
La región caribeña se coloca nuevamente como un tablero de confrontación directa entre Washington y Caracas, con el narcotráfico y el control aéreo como pretexto central.
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