Los problemas y retos que se presentan a la humanidad en diferentes niveles son muchos y en muchos casos difíciles de afrontar. Hablamos de los problemas ecológicos, de las relaciones internacionales, de las amenazas a la paz, de los embates contra la vida y contra la familia, de las dificultades económicas y la falta de trabajo. Además, cada uno de nosotros busca las soluciones a los propios problemas personales y familiares, que a nadie le faltan.
En su carta apostólica “Patris corde” (“Con corazón de padre”) el Papa Francisco se dirige a los católicos con motivo del 150 aniversario de haberse declarado a San José patrono de la Iglesia. Contiene, en uno de los incisos, un mensaje que me parece podría venir bien hoy a todos nosotros, a los creyentes no católicos, o incluso a los no creyentes. En efecto, habla de la “valentía creativa”, y esto viene muy bien para enfocar ese mar de situaciones a las que me refería arriba.
El pontífice propone a San José como un modelo de valentía creativa porque se trata de una cualidad que surge cuando encontramos dificultades. San José tuvo que superar diversos problemas, como afrontar el nacimiento de Jesús en una ciudad que no era aquella donde vivía, o lidiar con la persecución que lo hizo llevarse a María y a Jesús hasta Egipto. Escribe el Papa: “De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener”.
Si bien nos puede parecer que el mundo está, sin más, en las manos de algunos fuertes que no siempre actúan según la justicia, afirma Francisco que “el Evangelio nos dice que Dios siempre logra salvar lo que es importante, con la condición de que tengamos la misma valentía creativa del carpintero de Nazaret, que sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia”.
El Papa pone también el ejemplo de los que no pudiendo entrar a ver a Jesús en una casa, por tanta gente que ahí se hallaba, fueron creativos y tuvieron la idea de quitar unas tejas del techo y bajarlo por ahí a la presencia del Señor. Creo que esta actitud es sumamente necesaria en nuestros días y con nuestros problemas. Así, diría que tenemos que concluir que ante la pandemia y ante la crisis económica lo que necesitamos ante todo es valentía y creatividad.