Las elecciones del domingo próximo serán atípicas en varios sentidos, pero principalmente por la presencia de la pandemia que se vive, provocada por la enfermedad del coronavirus.
En principio estos comicios para renovar el Congreso del Estado deberían haberse realizado el siete de junio, hace cuatro meses, de tal forma que para estas fechas deberían estar concluyendo las impugnaciones y controversias que seguramente se habrían presentado.
Las campañas que los candidatos realizaron en los últimos 40 días fueron muy atípicas, con adeptos guardando la sana distancia –en la mayoría de los casos- recomendada por las autoridades sanitarias.
Las elecciones son huérfanas porque solo se elegirán diputados locales.
Otra peculiaridad es que no hay coaliciones ni alianzas entre los 11 partidos contendientes, de los cuales siete tienen registro nacional (PAN, PRI, Morena, PRD, PT, Verde y MC) y el resto, local (UDC, PRC, Unidos y Emiliano Zapata). Es decir, no se podrán compartir votos.
En los últimos años Coahuila has registrado cifras récord de afluencia en las urnas.
Para la elección de gobernador, hace tres años, el porcentaje de votación fue del 56 por ciento; un año después, para elegir presidente de la República, subió a un 63 por ciento.
Para este domingo, el panorama más pesimista estima una afluencia de entre un 20 y un 25 por ciento, de los 2 millones 227 mil 412 ciudadanos registrados en la lista nominal.
Siendo optimistas, creemos que la participación rondará entre el 30 y el 40 por ciento.
La actual LXI Legislatura está conformada por diez diputados del PRI, 9 del PAN, 3 de UDC, 2 de Morena y uno del PRD. El domingo se disputarán 16 curules por el principio de mayoría relativa y 9 por representación proporcional.
Si la gente anda en los centros comerciales, en los paseos públicos, en los restaurantes y bares apenas guardando la sana distancia y muchas veces abusando de las facilidades otorgadas por las autoridades, no hay motivo para no acudir este domingo a formarse afuera de la casilla electoral y cumplir responsablemente el deber ciudadano de sufragar.