[ad_1]
La Laguna es un sitio de muy alta incidencia en cáncer de mama en el país. Se trata de una zona ganadera e industrial que comparten los estados de Coahuila y Durango, región amenazada constantemente por la generación de contaminantes tóxicos que se mantienen en el suelo, el agua y el aire.
La doctora Susana Medrano, directora de la asociación Fuerza Rosa Laguna, apunta que este ha sido el punto de partida para los especialistas que constituyeron organizaciones para proteger y capacitar a las mujeres en diagnósticos tempranos y evitar con ello la muerte, y también para atender su condición psicológica o emocional ante un caso positivo.
De acuerdo al Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva del gobierno de la República, el cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la población mundial y la primera causa de cáncer más frecuente entre las mujeres, con un estimado de 1 millón 671 mil 149 nuevos casos diagnosticados anualmente.
La estadística publicada durante el año anterior refiere que en el año 2014, se registraron en México 11 mil 372 casos nuevos de cáncer de mama con una tasa de incidencia de 22.56 por 100 mil habitantes mayores de 10 años.
En el grupo específico de mujeres de 25 años y más, en 2015 se registraron 6 mil 252 defunciones en mujeres con una tasa cruda de 18 defunciones por 100 mil mujeres. Las entidades con mayor mortalidad por cáncer de mama son: Sonora (28.6), Nuevo León (26), Coahuila (25.7), Chihuahua (24.8), Cd. México (24.7) y Sinaloa (22.2).
La edad promedio de presentación de cáncer de mama es de 54.9 años, la incidencia más alta en el número de casos se registra en el grupo de 50 a 59 años con el 45% de todos los casos. Sin embargo es necesario insistir que de esta realidad no escapan las mujeres jóvenes.
Susana y Fuerza Rosa Laguna
“Como todos sabemos ya, es de dominio público, la región es un sitio de muy alta incidencia de cáncer de mama dentro del país y debido a eso nace la inquietud de formar la asociación Fuerza Rosa Laguna. Nosotros empezamos en 2016 y nuestro objetivo fundamental en un inicio fue promover la cultura de la detección oportuna”, refiere la doctora Susana Medrano.
Ella sabe que el cáncer no se puede prevenir, pero sí se puede diagnosticar oportunamente para combatirlo con un tratamiento menos agresivo, evitando la mutilación y obteniendo al mismo tiempo un resultado más satisfactorio. Por ello Medrano asegura que durante décadas, el gobierno se encargó de proveer apoyos extraordinarios para su detección, pero sin considerar el apoyo emocional que debe recibir la paciente y su familia.
“Cuando una mujer padece cáncer, la enfermedad entra a la familia, no sólo a la paciente. Esto hace muy complicadas las cosas y si ella emocionalmente no tiene las herramientas para manejar sus temores, el caos reina en casa, entonces este rubro es uno de los más importantes también, por eso les proveemos herramientas con diferentes expositores”.
Fuerza Rosa Laguna al momento atiende a 67 pacientes, contabilizando 2 defunciones en el presente año debido a que paralelo al cáncer, las mujeres sufrieron contagio por covid-19. El archivo histórico de esta asociación suma 80 expedientes, sin embargo algunas mujeres tras la recuperación o en el proceso, cambiaron de residencia y ciudad.
Sobre las dos pacientes que murieron por covid-19, la doctora acota: “Las dos tuvieron complicaciones. Recordemos que la quimioterapia les baja las defensas, son pacientes que están inmunosuprimidas, son más vulnerables que el resto de la población hacia cualquier infección, no solo por covid, y eso las pone más en riesgo”.
La doctora Medrano refiere además que la asociación, en vías de constitución legal, debido a que trabaja con mujeres empobrecidas, maneja un programa donde se le pide apoyo a la ciudadanía y a las empresas para poder financiar un viaje a la playa toda vez que llegaban en riesgo de morir y referían que ni siquiera conocían el mar. Este año y debido a la presencia del nuevo coronavirus, es la primera vez que se cancela la actividad.
Nueva oportunidad para Berenice
Este mes Berenice Méndez le dijo adiós a las pastillas que debió tomar durante cinco años consecutivos y ahora llega el momento de considerar una cirugía reconstructiva. Fue el 13 de marzo de 2015 cuando le dieron los resultados de su mastografía y debió junto con su familia actuar rápidamente para segar el paso al desarrollo del cáncer de mama.
“Antes de la mastografía, yo me encontré una bolita que no me gustó pero la asocié a la varilla del brasier. Tenía también un piquetito fino, lo sentía como una aguja en el centro del pezón. Lo sentía un segundo y luego desaparecía y por eso no le hice caso. Pero cuando encontré la bolita, fue una noche, al día siguiente fui al Hospital General, y fue como me enteré que tenía un probable cáncer”.
Aunque el diagnóstico no fue inmediato, sin duda fue oportuno. Y al saber de la posibilidad fue enviada al Centro de Salud donde un oncólogo le confirmó el cáncer en un estado muy avanzado. Berenice apunta que al ser acompañada por su esposo y una de sus hijas, sintió que todo se derrumbaba y que el temor no sólo era de ella sino algo pesado y real para toda la familia.
“Piensas: ‘Ya me voy a morir’, y eso es tremendo. Y ves el miedo en todos los de tu casa, tu familia se mantiene en shock. El doctor en el Hospital General me confirmó y me dijo que era su último día porque tomaría vacaciones, pero me ofreció atenderme en el hospital privado donde trabajaba y una trabajadora me dijo que le tomara la palabra y que si no tenía dinero lo consiguiera, que no perdiera tiempo”.
Debido a que se confirmó el diagnóstico, en la cirugía a Berenice le quitaron un tumor maligno, de tipo o grado 1 ó 2, realizando además la mastectomía o mutilación de mama.
La familia consiguió alrededor de 40 mil pesos para poder costear la cirugía en tanto que las siguientes atenciones se dieron en el sector salud debido a que estaba afiliada al Seguro Popular.
Todos los días por cinco años consumió medicamentos pues no fue sujeta a quimioterapias. Pero este mes la oncóloga le suspendió el tratamiento y debido a que una de sus hijas a través de su trabajo le otorgó derechohabiencia al IMSS, hoy considera que podría someterse a una cirugía estética, pues aunque trae prótesis, dice, el primer impacto de la mutilación es enorme y con el paso de los años se transforma en inseguridad.
Mujeres Salvando Mujeres
La doctora Yolanda Jaramillo conformó la asociación civil Mujeres Salvando Mujeres. Luego de años de trabajo incansable y con tando con un equipo interdisciplinario, este espacio mantiene al menos tres programas, el primero orientado a la prevención de la salud para evitar el cáncer de mama.
Ella asegura que uno de los puntos débiles del sistema de salud nacional es que basa su estrategia en la autoexploración mamaria. Y aunque son las mujeres las que diagnostican en un 80 por ciento, a escala nacional, la mayoría de las mujeres no sabe cómo hacerlo. Es por ello que Mujeres Salvando Mujeres las capacita y entrena compartiendo la técnica a través de un maniquí o chaleco entrenador.
“Los estudiantes de medicina aprendemos a encontrar lesiones a través de la exploración de pacientes y la manera más moderna es a través de maniquíes entrenadores que ya tienen lesiones y uno como estudiante va y aprende a sentir algo que ya no es lo esperado en la glándula mamaria”.
Aunque la pandemia frenó muchas actividades, Jaramillo Rodríguez apuntó que se capacita a mujeres para aprender con el chaleco o maniquí entrenador. Y en ese sentido se pide ayuda a las empresas para adquirir más equipo, pues en enero costaba cada chaleco 45 mil pesos, realizando la adquisición en Inglaterra.
“Lo que cueste será nada si logramos capacitar a nuestras mujeres porque además un tratamiento contra el cáncer puede costar más de 1 millón de pesos. Yo digo que ese es un empoderamiento real”.
La doctora asegura que mientras más sentidos se activan para aprender, la experiencia educativa se vuelve más fuerte. Es por eso que en medio de la pandemia se entrena a grupos de diez mujeres durante cuarenta minutos. Así se movilizan en universidades, a clubes deportivos, empresas de comunicación y también con civiles que piden la capacitación.
Yolanda Jaramillo comentó que la capacitación se orienta a la detección de lesiones en etapas tempranas puesto que se cuenta con mayores probabilidades de vivir. Si bien la autoexploración es un elemento básico necesario, no es clave para el diagnóstico temprano como lo son la mastografía y el ultrasonido.
“Tenemos un programa abierto para 500 mastografías y ultrasonido, se pueden registrar hasta el próximo 15 de octubre para hacerles mastografía y ultrasonido. Deben traer sus documentos personales como INE y recibo de domicilio. El ultrasonido se ubica en las oficinas de Mujeres Salvando Mujeres en Abasolo 1044 oriente en la zona centro de Torreón y la mastografía podrá hacerse en centros ubicados en Torreón y Gómez Palacio con el doctor Edgar Aguilar”.
A la fecha, esta asociación ha logrado atender a 201 pacientes y al reconocer la realidad, ha llevado al cuerpo de especialistas a estudiar incluso las políticas públicas y los presupuestos asignados por los gobiernos para poder observar las asignaciones de recurso en contraste con las necesidades.
“Somos donatarias autorizadas, que es muy difícil conseguir esa denominación por parte de la Secretaría de Hacienda, es una gran transparencia en el uso de los recursos y es una vigilancia permanente. En el uso de los recursos hay que estar documentando cada una de las acciones de manera específica, pero también nos da mucha tranquilidad y queremos transmitirles eso a quien nos dona: lo que usted nos dio aquí está y aquí las beneficiarias del programa”.
De esta forma el Centro Mexicano para la Filantropía certificó sus acciones como transparentes, avanzando hacia la profesionalización de las acciones. El compromiso de hoy es buscar realizar proyectos que les permitan acceder a recursos.
CALE
[ad_2]